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Era una mañana cálida, no había podido dormir en toda la noche aunque quisiera. Pensaba en su futuro, su futuro junto al amor de su vida, el hecho de pensar que se casaría con la persona que siempre ha amado desde que era una niña hacia que su corazón palpitara más de lo normal.

Miro la mano donde tenía el anillo y una sonrisa de felicidad se dibujó en su rostro. Se levantó de su cama y se arregló para bajar a desayunar.
Esa misma mañana, había sentido que todos en el clan la miraban con mucha felicidad, al parecer todo el clan Hyuga estaba emocionado por su compromiso, y más porque se trataba del héroe de la aldea.

—Nee-sama ahí estás ¡felicidades! me enteré de la noticia esta mañana. ¡Que emoción!

—Gracias Hanabi, estoy tan feliz ahora.

—Te mereces esta felicidad hermana, y más vale que ese tonto te trate bien, si no, le daré su merecido. —dijo Hanabi mientras apretaba el puño.

—Tranquila Hanabi, todo estará bien. —contestó la ojiperla con una ligera sonrisa tratando de calmar a su hermana menor.

Después de desayunar se dedicó a hacer unos trabajos en el clan y a entrenar junto con Hanabi.

Al cabo del medio día, el rubio apareció en su puerta, había ido a buscarla para ir a almorzar juntos y darle la noticia a sus amigos.

—Hinata, me moría de ganas por verte, —dijo el rubio alegrado por ver a su prometida. —Kakashi sensei me mantuvo ocupado en la oficina y no había tenido oportunidad para escapar, pero ahora tengo toda la tarde libre.

—No te preocupes Naruto-kun, aproveché para entrenar con Hanabi, dice que ahora nunca tengo tiempo para ella, creo que a veces se siente celosa. —dijo Hinata mientras soltaba una pequeña risa de ternura.

La pareja salió feliz de la mansión tomados de la mano mientras se dirigían a un restaurante de barbacoa en donde usualmente se reunían para festejar o para ocasiones importantes.

Al llegar al lugar entraron y se sentaron en la mesa que tenían reservado para ellos y sus amigos, el equipo diez, el equipo ocho, Sakura y Sai ya se encontraban ahí. Pasó un rato hasta que Ten ten y su energético compañero Rock Lee llegaron al lugar.

Todos los chicos se la pasaban genial, contaban acerca de cómo han sido sus vidas últimamente y como les había ido en las misiones, se reían y hacían bromas acerca de la pareja. Había pasado algunos meses desde que su relación se formalizó, aún así, les gustaba hacer bromas junto con ellos.

—Chicos, me alegro que todos ustedes estén aquí hoy. —comenzó a decir el rubio. —Los invitamos porque queríamos decirles algo.

Tomó la mano de Hinata con fuerza y miró a todos en la mesa. Sus amigos estaban atentos a lo que el rubio iba a decir, tenían alguna idea de lo que podría ser, pero necesitaban confirmarlo.

—¿Qué pasa? ¿por qué actúan tan extraños? —dijo Kiba.

—Lo que pasa es que...Naruto-kun y yo nos vamos a casar. —soltó la ojiperla. —Así que todos están invitados a la boda.

Las caras de sus amigos cambiaron de una expresión de confusión a una entre felicidad y sorpresa.

—¡Q-que! ¿no es muy pronto aún chicos? —dijo Shikamaru mientras se rascaba la nuca. —Es decir, llevan algunos meses.

—Shikamaru, vamos no seas aguafiestas, yo pienso que hay un motivo para todo esto. —dijo Choji mientras comía su carne al vapor.

—¿¡No será que!? —exclamó Ino en tono de preocupación mientras miraba a su amiga la pelirrosa. —¡Hinata! ¿estás embarazada?

La ojiperla quedó sonrojada ante el comentario de su amiga, se limitó a solo ver al rubio quien se encontraba a su lado.

—¡Naruto idiota, si te atreviste a tocar a Hinata te las verás conmigo! —gritó Kiba exaltado.

—¡Naruto, te dije que no le faltaras el respeto de Hinata! —dijo Sakura mientras apretaba el puño.

—¿¡Qué!? No es lo que piensan chicos, lo juro. —gritó Naruto intentando calmar la situación.

—Ch-chicos, t-tranquilos, yo...no estoy embarazada. —dijo Hinata roja como un tomate.

—¿Entonces? —preguntó Shino.

—Hinata y yo nos conocemos desde hace años. Tal vez no me di cuenta de sus sentimientos antes, pero ahora que lo sé, quiero permanecer con ella para siempre porque la amo. Estoy seguro de que ella es la persona indicada para mí, y estoy dispuesto a hacerla feliz. —dijo Naruto firmemente.

—¡WOOO, LA LLAMA DE LA JUVENTUD SIGUE VIVA! —gritó energético Lee.

Todos en la mesa se quedaron sorprendidos, Naruto realmente había madurado, era todo un hombre ahora, y estaba seguro de lo que estaba diciendo.

—Naruto, Hinata, lo sentimos, nos dejamos llevar y pensamos otras cosas. Estamos muy felices por ustedes. —dijo Sakura apenada mientras le daba una sonrisa a la pareja.

—Lo sentimos. —dijeron todos casi al mismo tiempo.

La pareja solo se miró y comenzó a reír, le causaba gracia la situación, se alegraban de que sus amigos se preocupen por ellos.

—Ohh, con lo que me encantan las bodas. —dijo Ino tocándose las mejillas.

—Hinata, te verás hermosa en tu vestido de novia. —dijo Ten ten alabando a su amiga.

—Vaya Naruto, veo que haz madurado bastante, me alegro mucho por ustedes. —dijo Shikamaru sonriéndoles.

—¡Ya me imagino el banquete que habrá! —dijo Choji mientras se imaginaba un gran pastel.

—Naruto, Hinata, mis felicitaciones, siendo sincero, no le veo el problema a casarse ahora, leí en un libro que las personas, cuando se enamoran de la persona correcta y sus sentimientos son verdaderos, suelen contraer nupcias pronto. —dijo Sai dándoles una sonrisa.

—Hinata, Naruto, felicidades. Naruto, más vale que cuides a Hinata, si no, te las verás con el equipo ocho y Akamaru. —gritó Kiba mientras el perro soltaba un ladrido.

—¡Propongo un brindis! —dijo Sakura alzando su bebida. —¡Por Naruto y Hinata! que sean felices juntos y que su vida esté llena de maravillas.

—Chicos, gracias. —dijo Naruto sonriéndoles a todos mientras miraba a Hinata.

Todos los amigos se la pasaron la tarde en el restaurante, al salir de ahí, cada quien se fue para sus casas, la pareja se fue caminando juntos hasta la mansión Hyuga, en donde se despidieron.

After The LastWhere stories live. Discover now