Reencuentro inesperado [1]

21 3 15
                                    

Libro narrado por Milan Andrés.

Mis ojos navegan por el lugar mientras busco exactamente algo. O bueno, alguien. Doy un suspiro cuando a través de la multitud veo a Aitana hablando por el pequeño audífono que hay en su oído.

Intento atravesar el gentío hasta llegar a ella y en el proceso muchas personas me piden fotos y autógrafos. Intento responder a todos los llamados de mis fans, sin embargo, son demasiados, en su mayoría chicas. Por lo que tengo que pasar algunas para poder llegar a mi destino.

-¡Rubio! ¡Al fin llegaste!-exclama la chica y se acerca hacia mí.

Antes de que pueda reaccionar ella toma mi mano y me arrastra hasta los camerinos. Me veo en la tentación de volcar los ojos cuando veo a todo el personal esperando mi llegada para comenzar a acorralarme por todos lados.

-¿Cuánto tiempo tenemos? -Me siento en la silla giratoria frente al espejo para que comiencen a arreglar mi cabello.

-Aproximadamente una hora. Si estos inútiles se apuran tal vez te quede tiempo para comer algo.

Miro mal a la chica a través del cristal y ella comprende mi repentino desagrado. Detesto que traten a las personas que me ayudan con mi imagen de esa manera. Porque así como Aitana, ellos también forman parte de mi equipo de trabajo y merecen el mismo trato.

-Perdón -Levanta las manos en señal de rendición y revisa la carpeta que está en sus manos-. Después de esta entrevista tenemos que ir a que ensayes con los bailarines nuevos.

-¿Volvieron a cambiarlos? -Levanto mis cejas, sorprendido.

-Rubio, estamos en una gira mundial. No todos los bailarines pueden viajar de país es país por cuestionen tanto personales, como legales-me recuerda-. Ahora estamos en Argentina, tal vez dentro de dos semanas estaremos al otro lado del mundo.

-Cualquiera se cree eso de que soy muy famoso-bromeo un poco y me gano una mala mirada de su parte.

-Porque lo eres, capullo.

La ignoro categóricamente y me sumerjo en mis pensamientos. No me considero famoso del todo, a penas estoy comenzado mi carrera como artista, y aunque tengo mi fanaticada no me gusta sobrepasar los límites para después creerme algo que no soy.

Cumplí mi promesa. Fui, soy, y seré feliz.

Creo que ya saben de lo que hablo.

El último año ha sido uno de los más duros para mí. A veces en las noches vuelvo a tener pesadillas donde está mi padre, estas aumentaron cuando me alejé de cierta persona que preferiría no nombrar. Karen ahora vive lejos de mí, junto a su novia, por lo que estoy completamente solo.

A ver, sé que tengo a miles de personas ahí afuera esperando a que salga a cantar mis canciones. Pero después de todo, cuando las cortinas se cierren solo quedaré yo, en la oscuridad de mi habitación sobrepensando absolutamente todo.

No me quejo. Me gusta mi vida. He tenido la oportunidad de conocer distintos países y personas maravillosas en cada uno de ellos. Aunque normalmente me quede solo una semana para los shows y después deba volver a viajar.

-El entrevistador ha llegado, rubio. Puedes estar tranquilo, a penas y lo van a peinar.

-Es calvo, Aitana-lucho para contener una carcajada, pero me es imposible. Al final los dos terminamos riendo como desquiciados y el equipo también nos sigue el juego.

-Eres mala-interviene la chica que con mucho cuidado peina mi cabello rubio.

Vuelvo a desconectarme del mundo y tarareo una de mis canciones, suelo escribirlas a eso de las dos o tres de la madrugada mirando la gran ventana de mi habitación que da directo hacia la luna. Ahí es donde llega mi inspiración, y me resulta relajante poder escribir de esa manera.

MuéveteWhere stories live. Discover now