Corazones de papel

6 | Fuego cruzado

6 | Fuego cruzado

Scarlett

—Christopher Ashford es un fantasma. No existe.

—Venga, Scarlett, seguro que está por ahí en algún lugar —replica Ashley con entusiasmo—. Mira este artículo, la familia Ashford está subiendo en la lista del país. ¡Scarlett, te has ligado a un multimillonario!

Dejo escapar un suspiro. Revisamos cada artículo, cada mención de la familia Ashford en los medios de comunicación, buscando cualquier indicio que pudiera proporcionarme algo de información sobre Christopher.

—No me importa su dinero, Ashley. Solo necesito encontrar algo de información sobre él para que mi padre deje de hacerme preguntas —le explico.

Ashley asiente sin estar del todo convencida.

—Si, seguro no tiene nada que ver con esos ojos verdes —dice en un tono juguetón.

—¿Lo encontraste?

—¿Es este? —añade mostrándome una fotografía del artículo que estaba examinando.

Miro la imagen con atención, esperando encontrar al hombre que se ha instalado en mi mente. Los ojos verdes miran directamente a la cámara, con una mirada que parece ocultar más de lo que revela.

La revista muestra a un hombre con un semblante distinto al que recuerdo, aunque han pasado varios días desde que lo vi por última vez y su rostro comienza a desvanecerse en mi memoria. Sin embargo, algo en su mirada me resulta familiar, pero luce mucho más mayor.

Empiezo a leer el artículo con atención, deslizando mis ojos por las líneas de texto hasta encontrarme con el nombre que busco: Connor Ashford. ¿Connor? ¿Es posible que Christopher me haya mentido? O tal vez Connor es su segundo nombre.

Impulsada por la curiosidad, decido buscar el nombre en Instagram. Mi corazón da un vuelco cuando encuentro su perfil. Las fotografías muestran a un hombre abrazando a una mujer, parecen ser una pareja feliz. Sigo desplazándome por su perfil y me encuentro con fotos donde salen unos niños, sus hijos.

Un escalofrío recorre mi espalda. No puede ser. Mi novio falso está casado y tiene hijos. Una sensación de decepción se apodera de mí, pero al mismo tiempo siento un alivio. Por fin me libraré de él.

¿Qué me importa a mí si ese imbécil está casado?

No puedo creer que todos los hombres sean así. Fui una ingenua al considerar la posibilidad de que él fuera diferente.

Decido dejar las cosas como están y no remover más el pasado. En algún momento, mi padre se cansará de preguntar por él, y yo misma olvidaré este capítulo de mi vida. Christopher es un impostor. Así que descarto por completo cualquier posibilidad de continuar con esta farsa, olvidarme de Christopher, Connor, como se llame y seguir adelante con mi vida.

Christopher

—¡Dispara a ese hijo de su madre! —grito mientras apunto el arma apoyado sobre una rodilla.

Mi voz se mezcla con el estruendo de la batalla. La situación comienza a sacarme de quicio, no es solo la lluvia de balas, son los malditos enemigos que no dejan de salir de sus escondrijos, mis jefes, los idiotas de los soldados... incluso mi munición.

—Maldición, Müller, esto se está yendo al carajo —exclamo al ver que solo me queda un cargador.

El coronel asiente con gesto sombrío, sus ojos reflejan la misma preocupación que me atormenta.