13 | No me tientes

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13 | No me tientes

Christopher

Scarlett me estás volviendo loco.

Nos convertimos en un amasijo de gemidos y jadeos a medida que el beso nos empuja a rebasar todos los límites. Nuestros cuerpos quieren más de lo que nuestras bocas pueden ofrecer.

Me recorre los labios con la punta de la lengua y los separa con delicadeza. Su boca es tan cálida que no puedo evitar gemir cuando profundiza el beso.

Me siento abrumado por la intensidad del momento, por la electricidad que parece fluir entre nosotros. Nunca había experimentado algo así antes, una conexión tan profunda y visceral con alguien. Y aunque sé que debería detenerme, que esto va más allá de lo que puedo manejar, no puedo resistirme a la tentación de dejarme llevar por el deseo que arde entre nosotros.

Pero entonces, en medio del éxtasis del momento, Scarlett se separa de mí de repente, rompiendo el beso y empujándome suavemente en los hombros. La sorpresa y la confusión se mezclan en mi interior mientras la veo retroceder.

Me quedo allí, sin palabras, tratando de entender lo que acaba de suceder. Me pregunto si hice algo mal, si la presión fue demasiado para ella.

—Lo siento, yo... ¿Nos vio tu ex? —pregunto, mi voz apenas un susurro entre la música y el bullicio de la fiesta.

Scarlett me mira, una expresión de preocupación en sus ojos.

—Creo que sí.

—Bien. Necesito tomar aire. Ya vuelvo —digo, tratando de mantener la compostura mientras me alejo de ella, necesitando desesperadamente un momento a solas para procesar lo que acaba de suceder.

Ahora no amigo.

Me abro paso entre la multitud, sintiendo los ojos de la gente posarse en mí mientras me alejo de Scarlett. Trato de ignorar las miradas curiosas y los murmullos que surgen a mi paso.

Una vez que estoy fuera del alcance de la música y el bullicio de la fiesta, respiro profundamente, me detengo en un rincón apartado y saco un cigarrillo del bolsillo. Enciendo el cigarrillo con manos temblorosas, dejando que el humo me envuelva y me ayude a enfocar mis pensamientos. No puedo evitar pensar en Scarlett, en la forma en que su boca se sintió contra la mía.

Pero también sé que necesito recordarme a mí mismo que esto no puede ir más allá de lo que ya ha sucedido. Porque si nos dejamos llevar por el deseo que arde entre nosotros, no hay vuelta atrás. Y no puedo permitirme perder el control de esa manera.

¿Qué estoy haciendo? ¿Cómo pude permitirme llegar tan lejos con Scarlett? Ella es una persona increíble, y no puedo jugar con sus sentimientos de esta manera, no después de todo lo que ha sufrido.

Siento como si estuviera en medio de una encrucijada, atrapado entre el deseo abrasador que siento por Scarlett y mi conciencia que me dice que debo mantenerme alejado de ella.

Ella merece alguien que la trate con el respeto y el cuidado que se merece, no alguien como yo, que parece incapaz de controlar sus propios impulsos.

Finalmente, cuando me siento lo suficientemente tranquilo como para enfrentar la situación, apago el cigarrillo y lo tiro al suelo, pisoteándolo con fuerza.

Me convenzo a mí mismo de que el beso que compartimos fue solo para poner celoso a Henry, y que no debo darle más vueltas al asunto. Así que dejo de lado mis pensamientos y vuelvo adentro, decidido a disfrutar de la fiesta y a no permitir que mis emociones me dominen. Es hora de dejar el pasado atrás y concentrarme en el presente, en lo que realmente importa. Y en este momento, lo único que importa es disfrutar de la compañía de Scarlett, aunque sea por un breve instante.

Corazones de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora