11 | Mientras estés conmigo

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11 | Mientras estés conmigo


Scarlett

—No voy a llamarte Sexy Beast. Ni siquiera es gracioso —murmuro con la mirada fija en la carretera.

Él suelta una risa suave y pasa una mano por su cabello desordenado, desafiándome con su mirada traviesa.

—Vamos, cariño. Necesitamos que esto parezca más creíble. Nadie va a comprar la idea de que somos pareja cuando me llamas Christopher a secas.

Rodo los ojos, resignada a ceder un poco en esta batalla.

—Sí pero no voy a decir esa estupidez.

—Scar... ¿En qué quedamos ayer?

—Lo sé, pero no puedo cuando te comportas así de insoportable.

—Vale ¿Y qué te parece "Rey Corazón"? —pregunta Christopher de repente, interrumpiendo el silencio tenso que había caído entre nosotros.

Le lanzo una mirada sorprendida, sin estar segura de qué esperar de esa pregunta inesperada.

—¿"Rey Corazón"? —repeto, dejando que las palabras resonaran en mi mente por un momento.

Christopher asiente, con una sonrisa enigmática curvando sus labios.

—Porque te bajo hasta el calzón.

—¡Christopher! —exclamo, sintiendo un escalofrío recorrer mi espalda ante su comentario descarado.

Él suelta una carcajada, disfrutando mi reacción más de lo que debería.

—Lo siento, no puedo resistirme —se disculpa entre risas, aunque el brillo travieso en sus ojos sugiere lo contrario.

Sacudo la cabeza con incredulidad, tratando de mantener mi compostura.

—De verdad, Chris, ¿por qué no puedes ser serio por una vez? —susurro, sintiendo la frustración burbujeando en mi interior.

Él deja escapar un suspiro exagerado, como si estuviera siendo terriblemente incomprendido.

—¿Por qué no podemos simplemente llamarnos "amor" como una pareja normal? —le pregunto, frustrada por su persistencia en buscar apodos ridículos.

Él hace una mueca y luego suelta un suspiro dramático.

—Porque eso es aburrido, Scar. Eso es algo que le diría a cualquier extraña que acabo de conocer.

—Eso es justamente lo que soy, ¿lo olvidas?

Él suspira, como si estuviera resignado a aceptar mi posición, aunque su expresión indica que no está del todo convencido.

—Está bien, amor. Si eso es lo que quieres. Por cierto, esta tarde tengo esa reunión con tu padre. ¿Qué debería esperar?

—Bueno, probablemente hablará sobre negocios principalmente. Pero también es posible que te haga algunas preguntas personales, solo para conocerte mejor —le explico, tratando de anticipar lo que podría esperar de la reunión.

Él asiente con atención, procesando mis palabras.

—Entiendo. Bueno, no te preocupes, iré a traerte en cuanto termine con él —me asegura.

Christopher se estaciona frente a la universidad y justo cuando estoy a punto de abrir la puerta para bajarme, escucho su voz suave y ronca decir:

—Que te vaya bien, amor.

Mi corazón da un pequeño vuelco ante sus palabras, pero me obligo a mantener la compostura.

—A ti también.

Corazones de papelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora