Capítulo 24: Jase

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Jueves 14 de septiembre, 23:30 pm.


🔊:No has comido nada, ¿cierto? —pregunté relajándome en la cama.

🔊:Mhmm, no.

🔊:Tendré que ocuparme de ti...

🔊¿A qué te refieres con eso?

🔊:Ah... No sé.

🔊:Jase, dímelo.

Puedo visualizar su cara de enfado y me entran unas risitas.

🔊:Lo siento, debo irme.

🔊:¿¡A qué te refieres!? —chilló enfadandose.

🔊:Adióós...

🔊:¡Jase! —escuché que gritaba antes de colgarle.

Al colgar pedí servicio a la habitación.

Había llegado a Nueva York a las diez y cuarto. Al llegar estuve acomodando algunas cosas que compré, me dí una ducha y luego la llamé para ver que tal su día. No hubo problemas con que me quedara aquí, ya que Margo había organizado todo con el hotel para que no le dijeran a Eva que la habitación era para los dos... Estaba plácidamente en la cama de la habitación, cuando escuché que la puerta se abría. Me puse de pie inmediatamente. Ella apareció por el mini pasillo de la entrada, está tan guapa... Su cara de confusión provocó una sonrisa en mí.

—¿Qué...? —intentó hablar.

—¡Sorpresa!

Su mirada se dirigió al ramo de flores que había en la cama, el cual agarré rápidamente para entregarlo a su dueña.

—Flores —estiré el ramo—, para la más bonita.

Ella sacó su cámara de la mochila y me tomó una foto.

»Tendré que cobrarte por la foto.

—Ah, ¿sí? —preguntó dejando la cámara y la mochila—. ¿Cuál es el precio?

—Muchos besos.

—¿Cuántos son muchos? —agarró el ramo y se paró frente a mí.

—¿Unos mil?

—Mhmm, me lo pensaré —apoyó su mano en mi nuca y tiró de mí hacia su boca.

—Si no me los das tú, te los daré yo.

—No me quejaré —sonrió dando un paso atrás cuando sonó la puerta—. Ahg, ¿quién será?

—La comida.

—¿Comida? —enarcó una ceja.

—Como no has comido, he pedido que trajeran algo.

—Oh, por dios... Eres tan... Está noche te daré esos besos que tanto quieres —se alejó a abrir la puerta.

Sonreí divertido.

Escuché que hablaba con una voz masculina.

—Perdón si la incómodo... ¿Le molestaría darme su número?

Me acerqué por el pasillo. Era un joven rubio, cabello corto, ojos azules. La miraba de arriba abajo deseando quitarle la ropa... Imbécil.

—A ella le molestaría... Y en especial, a mí —hablé cruzándome de brazos frente a ambos.

Eva soltó una sonrisita cuando el muchacho empezó a ponerse nervioso.

—L-o... Lo siento mucho, señor. Perdoné señorita. Les... Les dejo el carrito —tartamudeó marchándose.

El camino hacia ti...Where stories live. Discover now