Capítulo 41: Eva

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Sábado 13 de enero, 19:30 pm.


—Eva, venga que llegaremos tarde —chillaba Daiana del otro lado de la puerta.

No estaba muy segura con mi vestido. Los vestidos largos no son lo mío, prefiero faldas o vestidos cortos, pero no había tiempo. Ambas nos habíamos olvidado de la boda y salimos a comprarlas a último momento. Me había comprado un vestido y zapatos rosa bebé con pequeñas flores dispersas a lo largo del vestido, tenía la espalda descubierta, en la parte de las costillas salían unas tiras que se unían al centro con una mariposa del mismo color del vestido.

—Eva, ¡sal ya!

Abrí la puerta. Daiana me miraba fatal, pero estaba hermosa. Llevaba un vestido celeste largo de tirantes, su cinturita se acentuaba de manera ideal. Parece una princesa.

—Estás guapísima, Daiana —sonreí—. Y deja de gritarme que llegaremos bien, tu novio conduce como un loco. ¿Ya ha llegado?

—Sí, está abajo.

Me acerqué a la sala donde estaba Chloe junto a Romeo en el sofá.

—¿Cómo estoy?

—Estás hermosa, Eva. Te queda muy bien el rosa.

Sonreí satisfecha.

—¿Qué harías tú? ¿Llamarás a esa amiguita de la cual no quieres hablarme? —le guiñé un ojo.

—Me ha dicho que estará ocupada.

—Oh.

Chloe hizo una mueca.

—No importa, tengo a mi precioso Romeo —se animó acariciándolo.

Daiana salió del baño y agarró su bolso.

—Bueno, ya es hora. Adiós Chloe —saludó desde la puerta.

—Adiós —chilló Chloe—. Pasenla lindo... Luego me cuentas los chismes.

—Te contaré todo.

La saludé, agarré mi bolso y nos subimos al ascensor.

—No creo aguantar toda la noche con los tacones —le comenté a Daiana.

—No lo harás si ya vas con malas energías.

—¡No son malas energías! —me quejé.

Las puertas del ascensor se abrieron y nos dirigimos hasta el coche de Zac que estaba en la entrada. Bueno... Era el coche de Jase, ya que Zac no tiene, pero dijo que se lo pediría prestado.

Me detuve en seco al ver que no solo estaba Zac, sino que Jase también estaba de pie al lado del coche. Miré a Daiana.

—Sabes que cuando se trata de ti, se suma a todos los planes —se encogió de hombros.

Nos acercamos al coche y Daiana empezó a besarse con Zac. Puse los ojos en blanco y miré a Jase.

—No puede ser que todo lo que te pongas te quede excelente, Eva. ¿Has hecho un trato con el diablo o...?

Sonreí.

—El único trato que haría con el diablo es que prohiban los tacones.

Jase rió y me abrió la puerta del copiloto.

—Démosle un segundo o tendremos que escuchar sus besos todo el viaje —dijo subiendo al coche.

—Lo harán de todos modos.

—Tienes razón, era una excusa para estar un minuto a solas contigo antes de que suban.

Lo miré de arriba abajo, llevaba una sudadera blanca con pantalones grises y una gorra negra. No le quedaba mal, la verdad.

El camino hacia ti...Where stories live. Discover now