Capítulo 29: Eva

1K 48 3
                                    


Lunes 16 de octubre, 13:40 pm.


—Bueno... Nos vemos en tres meses.

Habíamos almorzado todos juntos. Katy lloraba desconsolada, mientras que Dean la abrazaba. Jack y Lexi estaban algo tristes, pero lo disimulaban bien. Jase por otra parte no había hablado en toda la comida. De mi madre, Jared y Daiana me había despedido ayer. Habíamos ido con Jase a cenar. Se imaginan el drama que montó Jared, incluso lloró más que mamá.

—Te he tomado mucho cariño, Eva —Katy se lanzó hacia mí.

Miré a Jase en busca de ayuda, pero él parecía divertido. No estaba dispuesto a ayudarme, eso estaba claro. Con algo de incomodidad abracé un poco a Katy.

—No es para tanto —traté de calmarla—. Solo son tres meses, volveré cuando menos lo esperes.

—Espero que vuelvas con un poco más de corazón.

Puse los ojos en blanco.

—Te echaremos de menos —Dean me tocó el hombro, apartando a Katy.

—Disfrutalo —está vez, el que me abrazó fue Jack—. Devuélveme el abrazo o no te dejo ir.

Suspiré pasando mis brazos por su espalda.

—Espero que te olvides de esa tal Rose, Jack Jack —hablé en su oído.

—Cállate.

Reí separándome de él.

Lexi hizo una mueca y me abrazó.

—Cuidaré de Jase —susurró.

—Gracias —le devolví el abrazo.

Lexi dió un paso atrás.

—Es hora —habló Jase agarrando mi maleta.

—Háblanos seguido —Katy seguía llorando.

—Oh, vamos... Eso es pedir mucho —me quejé.

—¡Eva!

Suspiré.

—Valee... Una vez a la semana hacemos una llamada de chicas, ¿quieres?

—¿Y cómo es eso? —pregunté pasando los dedos por debajo de los ojos.

—Hacemos una videollamada. Nos unimos vos, Lexi, Daiana y yo.

—¡Me parece genial! —sonrió alegremente.

Katy puede ser una mujer mandona y al segundo, es una niña pequeña con lágrimas en los ojos.

—Entonces, Adiós.

Todos rieron y salimos con Jase hasta su coche. En el camino no dijo ni una palabra, intenté decir algo pero no tenía qué. Al llegar al aeropuerto me bajó la maleta y me acompañó hasta donde estaba permitido. Me frené a mirarlo, se notaba que estaba algo triste. Yo también lo estaba. Estar sin él, sin Daiana, sin mi madre y Jared, iba a ser algo realmente difícil. Tomé su mano con firmeza, estaban frías. Su mirada triste se encontró con la mía, que estaba incluso peor. Aunque, claro, yo lo disimulaba bien.

—Prométeme que no te vas a emborrachar y vomitarle a otra chica encima —intenté bromear.

—Promete que serás borde con todos... Ah no, eso ya lo eres —vaciló.

—Ja, ja. Chistosito

Jase rió y se acercó a darme un beso suave en los labios.

—Te extrañare, monstruito —susurró contra mi boca.

El camino hacia ti...Where stories live. Discover now