Capítulo 39: Eva

749 40 37
                                    

Sábado 6 de enero, 19:40 pm.

Está tarde estaba en casa de mamá, intentando recomponer ese vínculo que me dijo Gemma. Jared se había ido con sus amigos, así que teníamos la casa para nosotras solas... Bueno, también estaba Albóndiga, el gato de Jared. Estábamos recostadas en el sofá tapadas con una manta, hacía mucho frío. Mi madre ama el invierno, todo lo contrario a mí que me encanta el verano.

—No entiendo como los productores mataron a Jack —decía secándose las lágrimas.

Ah, sí. A mi madre le gusta ver Titanic, un clásico para muchos, menos para mí, nunca la he visto. Sé que mueren al final, pero nunca me he sentado a verla, es mi primera vez. Vamos por la parte donde la loquita salta del bote a buscar a Jack. No puedo negarlo, él es muy atractivo.

—No todo tiene que tener un final feliz —comenté apoyando mi cabeza en su hombro.

—Los finales felices son los que importan, mí amor. Para sufrir ya está la vida misma.

Sonreí, algo de razón tiene.

—Tú no te puedes quejar, Jared es un buen hombre.

—¿Sabes lo que ha hecho ayer? Ha organizado una cena de pijamas en la cama, con pétalos y velas —contó con ilusión—. Luego de que me echara tu padre creí que jamás iba a estar así con un hombre.

—Me alegra que hayas encontrado a tu Jared, ma.

Mamá pasó su brazo por mis hombros.

—Tú también puedes tener a tu Jase, Eva. No dejes que la relación con tu padre te arruine lo bueno que tenías con él.

—Jase lo arruinó solito, no fuí yo.

¿En serio?

—Bueno, tal vez puede que sea un poco mi culpa por no demostrarle nada... Pero él no quería estar más conmigo. Por algo me dejó, ¿no?

—Tú sabes lo que haces y lo que no, cariño. ¿Sabes también que puedes hacer?

Incliné la cabeza un poco hacia atrás para verla mejor.

—Puedes escuchar, crecer, madurar, aprender a amar, aprender a relacionarte, a comunicarte. Cariño tienes todo el potencial para ser esa chica que tanto deseas ser, solo tienes miedo.

—¿Qué chica quiero ser?

—Quieres poder ser una chica expresiva, dulce, atenta, quieres poder expresar tus sentimientos, quieres sentirte amada y también permitirte amar. Tú no eres mala Eva, todo lo que acabo de describir lo eres, tienes todo eso y más, el problema es que te guardas todo eso, lo reprimes.

Hice una mueca.

—Dime, ¿quieres seguir siendo esa chica "borde, mala y fría"?

—A ver, no dejaré de ser borde. Es algo que no puedo borrar de mí, es parte de mi personalidad. No puedo responderle a todo el mundo siendo cariñosa, no soy un unicornio que lanza flores —puse los ojos en blanco—. Tampoco es de mala responder sarcásticamente, ¿o sí? Si a la gente no le gustan mis respuestas, pues que no pregunten cosas obvias... Y fría... Bueno, eso es algo que estoy aprendiendo a cambiar, con Chloe estoy permitiendo que me dé algunos abrazos, no voy nada mal.

Mamá rió.

—Siempre puedes equilibrar, cariño. No eres mala, eres una ternurita... Eres como un mini demonio con carita de ángel.

—Ahg, mamá... Pareces Jase, él me solía decir monstruito, o demonio de Tasmania.

Mamá sonrió aún más, codeándome.

El camino hacia ti...Where stories live. Discover now