Capítulo 36: Jase

730 39 11
                                    


Domingo 24 de diciembre, 20:15 pm.


Nochebuena... Siempre me ha gustado la navidad, cenar en familia y regalos. Lo disfruto mucho, aunque es verdad que estos días he estado bastante desanimado. Desde la llegada de Eva no logro concentrarme en nada, uno de los coches que me ha mandado mi padre para arreglar sigue en el mismo lugar. Me resulta difícil centrarme en él y por las noches no puedo dormir, aunque eso me ha vuelto a pasar desde que volví de París. Con la única que podía dormir era con ella, ahora que no está en mi cama, no encuentro esa paz que solía sentir al verla dormir.

—Te he dicho que pongas las luces en la puerta —Zac me dió un pequeño golpe en la cabeza haciéndome reaccionar.

—Te mataré —balbuceé y salí a correr.

Claramente huyó de mí, Poncho también nos perseguía. Logré agarrarlo en la cocina, donde estaba mamá dándole los últimos retoques a la cena.

—¡Niños! —chilló mamá—. ¡Aquí no! Como me lleguen a romper o tirar alguna comida, los mataré yo.

—Jase empezó, mamá —mintió mientras lo agarraba del cuello.

—¡Mentira! —lo solté.

—¿Jase que pasa, hijo? Estas muy...

—¿Distraído? ¿Triste? ¿Aburrido? ¿Odioso? ¿Malhumorado? —completó Zac por mamá.

Puse los ojos en blanco apoyándome en la mesada.

—A ver, mi amor. Yo sé que has sido un tonto al dejar a Eva...

—¡No digas su nombre!

—Bueno... Yo sé que ha sido muy difícil para tí, pero no puedes ser un bebé ahora mismo, ¿sabes? Eres un adulto, has tomado decisiones, afrontalas.

Genial, ahora mamá también piensa que soy un imbécil por dejar lo que tenía con ella. ¿Ya van cuántas personas? ¿Cinco? ¿Seis?

—Lo que quiere decir mi hermana —apareció mí tía en la cocina—. Es que puedes estar triste, puedes llorar, puedes sufrir, pero creo es un poco injusto tanto para ti, como para la chiquilla esa, que por cierto, no me la has presentado —me puso un dedo en la frente—. Es injusto que ambos sufran cuando en realidad se quieren, o por lo menos tú.

—Yo creo que él temía sentirse amado por primera vez y por eso lo arruinó —comentaba su marido cuando entró a la cocina.

—¿Ahora todos están enterados de mi vida amorosa o...? —intenté decir cuando mi primita se subía a la mesa.

—To igo que mi primo es enamurado —terminó de decir y se robó una galleta de jengibre.

—Lo ves, hasta Nina lo sabe —Papá me dió unos golpes en mi espalda.

La cena siguió a la perfección como mamá lo había planeado. Me siento completamente lleno con todo lo que comí, estoy por explotar. Ahora mismo son las 23:40, falta nada para las doce, mis primos están corriendo por ahí, algunos de mis tíos y tías beben, otros comen, mis padres están bailando, Zac está en el jardín, en llamada con Daiana. Por mi parte, estoy bebiendo una cerveza.

Unas cuántas diría...

Me acerqué a molestar a mi hermano, estaba apoyado en el marco de la entrada al jardín.

🔊¿Crees que pueda ir a saludarte luego de las doce?... Conduciría varías horas solo por verte.

¿Desde cuándo se convirtió en todo un romántico?

El camino hacia ti...Where stories live. Discover now