Capítulo 33: Eva

795 50 3
                                    

Domingo 3 de diciembre, 14:30 pm.

—Eva, ayúdame con Romeo.

Puse los ojos en blanco y volví atrás a ayudar a Chloe.

—No sé para qué mierda trajiste al gato, explicame que va hacer el gato en mi casa. Además, Jared adoptó a uno y no sé si se van a llevar bien.

—Seguro se llevan de maravilla —se distrajo frente a una máquina expendedora de golosinas—. ¿Quieres algo?

—Sí, llegar a mi casa.

—Ya estás en casa, ¿no?

—Me refiero a mi casa, mi piso, mi habitación, mi cocina, mi...

—Aunque pensándolo bien ya no será tuya. Dijiste que te mudarías.

Tiene razón. Lo vine pensando toda la última semana, me apetece salir de casa de mi madre. Vivir sola, sin nadie que me moleste. ¿Qué podría salir mal?

Todo.

Calla, soy muy independiente.

Demasiado diría yo.

—Está cosa se trabó.

—Listo, déjalo. Vámonos.

—No me iré sin mi chocolate —dijo cuando empezó a patear la máquina.

Toda la gente nos miraba.

—Chloe puedes comer todo el chocolate que quieras en mi casa, se trabó. Vámonos.

Siguió pateando la máquina cuando se acercó una chica con el cabello castaño, rizado hasta los hombros y una mochila chillona verde.

—Estas máquinas siempre se traban, pero tengo un truco, mira —apretó todos los botones y le dio un golpe en la parte de arriba.

Mágicamente la máquina dejó caer el chocolate, la chica se acuclilló a recogerlo.

—Eres mi salvadora —halagó Chloe aceptando su chocolate—. Muchas gracias.

—Por cierto, soy Júpiter.

—¿Júpiter? —repetí.

Ella asintió con una sonrisa encantadora.

—Es un tanto extraño, lo sé —se encogió de hombros—. Supongo que mis padres también lo eran cuando lo eligieron.

—¿Eran? —volvió a preguntar Chloe.

—Sí, es que no lo sé. Fallecieron cuando yo era pequeña.

—Oh, lo siento —le dije.

—No se preocupen. No los recuerdo, solo tengo fotos de ellos y vivir con mis abuelos es lo mejor.

—Deben ser encantadores —le aseguró Chloe.

—Lo son.

Ambas se quedaron mirándose con una sonrisa de oreja a oreja.

—Bueno —interrumpí—. Ya tienes tu chocolate, nos vamos.

Chloe me miró con los ojos entrecerrados, mientras que Júpiter soltó una risita.

—De todos modos ya debo irme, estoy esperando a un amigo.

—Espero que te vaya bien, Júpiter —Chloe no dejaba de sonreír.

—A ti igual... Ehm... No me has dicho tu nombre.

—Ah, sí, perdón. Soy Chloe —se saludaron con un beso en la mejilla—. Ella es Eva... Amiga... Es una amiga —aclaró rápidamente.

El camino hacia ti...Where stories live. Discover now