Capítulo 25. De vuelta a Las Vegas.

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Agarro una copa de champagne y me acerco a una mesa vacía, suspirando mientras veo el panorama de la fiesta a mi alrededor. Estoy en la fiesta del desfile, pero estoy realmente aburrida, ya que; entre que Sharon ha tenido que marcharse temprano para volver a New Yersey, Yolanda está a su rollo porque ella y Rufus llevan toda la semana tonteando, Aina está en su mejor momento y está de un lado a otro hablando con todo el mundo, Hunter está por ahí perdido, hablando por teléfono con quien creo que es Marlin, y Leticia fue llevada hace más de una hora por su madre al hospital, la verdad es que me siento bastante sola aquí. Pero a pesar de eso, no siento que irme sea la mejor opción, ya que, después de haber participado en el desfile, ¿no quedaría un poco feo marcharme así porque sí?

No sé muy bien que hacer, así que, comienzo a andar entre la gente y decido llamar a Leticia para preguntarle como se encuentra.

—Hola, Eve —dice ella, cuando después de un par de pitidos, coge el teléfono.

—Hola, Leti. ¿Cómo te encuentras? ¿Estás mejor? ¿Qué te han dicho en el hospital?

—Me encuentro un poco mejor, gracias —dice, y la escucho sonreír—. Acabo de llegar a mi casa y estaba a punto de meterme en la cama. El médico me ha dicho que efectivamente, lo mío ha sido una bajada de tensión debida al estrés y me ha recomendado descansar unos días.

—Eso está bien, creo que te hace falta.

—Sí... —Ella suspira—. Yo también lo creo, el problema es mi madre.

—Tu madre debería entender que tu cuerpo ha llegado a un límite y que si el médico te ha recomendado descansar, es lo que tienes que hacer.

—Yo lo sé, Eve, pero me cuesta mucho enfrentarme a ella y si lo intento, solo puedo complicar mucho más las cosas...

Esta vez soy yo la encargada de suspirar.

—Yo siento mucho todo esto que te está pasando, Leti —digo, honestamente.

—Gracias, Eve. Sé que, aunque nadie puede hacer mucho por ayudarme con esta situación, al menos puedo desahogarme, así que gracias. Y también te agradezco que me presentaras a Zeta para animarme, pero... —Ella hace una pausa y entonces, me temo lo peor, porque Zack me contó hace unos días las dudas de Zeta respecto a sus sentimientos tan confusos hacia Leticia y Michelle, por lo tanto, ese «pero» no puede significar nada bueno.

—¿Pero, qué, Leti? —pregunto, nerviosa, porque si algo tengo claro, es que me sentiría fatal si Zeta hubiera decidido dejarla de repente con todo lo que ya tiene encima, porque, aunque yo no tengo culpa de las decisiones de él, lo cierto es que cuando decidí presentarlos pensaba que podía ser buena idea para conseguir animarlos a ambos. No quería que esto solo ayudara a Leti a hundirse más.

—He decidido dejarlo por un tiempo. No quiero involucrarle más en mi complicada vida de estudios, ni que tenga que seguir aguantando a mi madre echándole la culpa cada vez que tengo que escaparme de casa. Ahora solo quiero recuperarme de este bajón de estrés y volver a centrarme del todo en los estudios para recuperar esas asignaturas pendientes, y, ¿quién sabe? Tal vez cuando mi vida vuelva a retomar la normalidad, podamos intentarlo, pero de verdad.

Yo sonrío. La verdad es que es un alivio escucharla hablar tan segura a pesar de todo. Y supongo que esto también será un alivio para Zeta, que se ha quitado de encima el peso de tener que tomar una decisión tan difícil.

—Ojalá sea así como pase todo, Leti —digo, sonriendo, pero cuando estoy a punto de decir algo más, mi teléfono empieza a entrecortar la llamada. Y cuando lo alejo de mi oído para ver que pasa, me encuentro una llamada entrante de Zack—. Lo siento, Leti, pero me está llamando, Zack.

FADE AWAY [#2]Where stories live. Discover now