Capítulo 14. En mis sueños.

76 10 1
                                    

EVELINE HARVEY.

Mis ojos se abren después de lo que creo que ha sido un sueño bastante profundo. Esta noche, el agotamiento mental y el dolor de cabeza después de haber bebido tanto, han acabado conmigo hasta el punto de quedarme profundamente dormida nada más meterme en la cama, pero, aún así, me despierto en el preciso instante en el que una brisa fría que entra a través de la ventana, acaricia mi cara.

Bostezo, llevándome una mano a la boca y, entonces, soy consciente de tres cosas; la primera, es que aún es de noche. Precisamente, son las 5:43 de la madrugada. La segunda, es que está cayendo una fuerte lluvia que no estaba prevista para hoy. Y eso, tiene a un pequeño Altair hipnotizado, sentado frente a la ventana mientras mira a través de ella como la intensa lluvia cae, empapando la nublada ciudad de Los Ángeles. Y lo último de lo que me hago consciente una vez despierta, es de que Zack no está acostado en la cama.

¿Dónde se habrá metido a estas horas?

Me levanto de la cama para dirigirme a la cocina a por un vaso de agua. Mientras camino por la casa, escucho el sonido de un fuerte trueno que me hace dar un bote inesperado. Y una vez llego a la cocina, encuentro a Zack ahí, sentado en la mesa con una pequeña lámpara alumbrando algo que está viendo.

—Zack —le llamo, haciendo que él levante la cabeza y me dedique una tierna sonrisa de boca cerrada. Está deprimido; lo sé porque su actitud ha cambiado repentinamente desde que Luna llamó para decir que la habían metido en el calabozo. Él y yo fuimos allí, Zack intentó hablar con los policías y los guardias que allí había, intentando convencerlos de que sacaran a su hermana, que ella no es mala persona y que solo se había dejado llevar por un impulso... Incluso intentó convencerlos pagando la fianza antes de tiempo. Pero nada. No consiguió nada y, aunque nos comunicaron que Luna estará fuera a las diez de la mañana, imagino que no debe ser fácil coger el sueño sabiendo que esta misma noche tu hermana la está pasando en un calabozo. 

Me acerco a él y le abrazo por detrás, dejando un beso sobre su mejilla, antes de colocar mi barbilla sobre su hombro.

—Perdóname... No he sido capaz de dormir nada en toda la noche y hace unas horas he decidido levantarme antes de despertarte a ti por no dejar de dar vueltas en la cama... —murmura, acariciando mis brazos y dejando un beso sobre una de mis manos.

—No tienes que disculparte, cariño... La verdad es que no ha sido la mejor noche de nuestras vidas... Por no decir que ni si quiera ha sido una buena noche...

—Lo cierto es que no es así como pensaba pasar la noche del lanzamiento de Fly Away... —Él suelta una risa un poco irónica.

Jamás he visto a Zack tan deprimido, y la verdad, es que verle así, hace que yo misma sienta una increíble necesidad de empatizar con él como jamás lo he hecho con otra persona; es como si el hecho de que él estuviera mal, me hiciera estar mal a mí de forma automática. 

Como si estuviéramos conectados...

Aunque a eso también se le puede sumar que, cuando solo era una simple fan que le veía a través de las redes, las revistas, las entrevistas o cualquier medio de comunicación donde él y los demás salían anunciándose o haciendo cualquier tipo de promoción del grupo, jamás imaginé que él pudiera llegar a ser tan sensible. Sí, sé que todos tenemos sentimientos, como es obvio, pero a lo que me refiero, es a que Zack es una persona mucho más sensible de lo que puede llegar a aparentar ante el resto del mundo. Por eso y porque estoy tan acostumbrada al Zack alegre e impulsivo, siento que verle así me descoloca un poco a pesar de todo. 

—Y... —Suelto un suspiro, porque no sé si él tiene o no ganas de hablar, pero tal vez contarme un poco sobre lo que está haciendo, le pueda ayudar a distraerse de los pensamientos que ahora le atormentan—. ¿Qué es lo qué estás haciendo?

FADE AWAY [#2]Where stories live. Discover now