Capítulo 9. Conversaciones matutinas.

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EVELINE HARVEY.

Estoy en el salón de casa. Pero no el de la casa de Zack en el edificio más alto de toda la ciudad de Los Ángeles, más bien... Me encuentro en el apartamento que él y yo estuvimos compartiendo durante los meses que pasamos viviendo juntos en Rye.

Estoy tumbada en el sofá, viendo la tele, cuando de repente...

—¡Eveeeeeee! —exclama Zack, corriendo desde la terraza para abalanzarse sobre mí y hacerme cosquillas. Yo comienzo a reír y trato de liberarme, mientras una risa suave e infantil llena mis oídos, haciéndome mirar al lado de Zack para encontrar a un niño que me resulta familiar. El pequeño se une a Zack y yo trato de liberarme de ambos, atacándoles de la misma manera.

Cuando ambos se cansan de hacerme cosquillas y yo siento que tengo la cara roja de tanto reír, el pequeño se sienta a mi lado.

—Eddie —dice Zack, llamando la atención del niño—.¿Quieres ver una película? 

—No, quiero esperar a que lleguen la tía Jessie y el tío Adam.

—¿Y qué película quieres ver cuando lleguen la tía Jessie y el tío Adam? —pregunto yo.

—Uhm... —El pequeño parece pensar, pero cuando está a punto de contestar...

Siento un cosquilleo en mi oreja derecha que hace que de forma inmediata lleve mi mano hacia ahí para rascarme.

«Otro sueño extraño...» —me digo a mí misma, frotando mis ojos antes de abrirlos. 

Cuando lo hago, veo a Zack frente a mí, aún dormido y abrazándome por la cintura mientras murmura cosas extrañas en sueños que no termino de entender. A mi otro lado, pero encima de la almohada, justo por encima de mi cabeza, está Altair, el encargado de haberme despertado haciéndome cosquillas en la oreja con su colita.

Miro al techo y de un suspiro, me paro a pensar en lo extraño del sueño que acabo de tener. 

Eddie... 

Estoy segura de que ese niño, es el mismo con el que soñé el año pasado, justo cuando Zack y yo volvimos de pasar una noche en Las Vegas y de repente apareció Adam por sorpresa.

Pero, ¿por qué soñar con él otra vez?

Supongo que al final ha sido todo cosa de la sugestión, ya que la noche pasada antes de dormir, Zack me mencionó lo increíble que le parece como ha cambiado su vida en menos de una semana, porque, ahora, conmigo y los dos gatitos aquí, somos como una familia. Y aunque eso no tiene nada que ver con mi sueño, al final, en ese corto y extraño sueño, con el pequeño Eddie también formábamos una familia...

Dejo un suave beso sobre los labios de Zack, antes de levantarme de la cama para dirigirme a la cocina a preparar el desayuno. Por el camino, me encuentro a Casiopea, restregando su cabecita en mi pierna, llamando mi atención y haciendo que me agache para acariciarla.

Otra cosa que Zack mencionó por la noche, fue el miedo que tenía de que Electra no se llevara bien con los gatos. Al fin y al cabo, él lleva seis años con Electra y es normal que se preocupe por el bienestar de ella, que siempre ha estado sola y podría sentirse incómoda conviviendo de repente con dos gatos. Pero por suerte para todos, la entrada en casa de Casiopea y Altair no ha sido ningún problema para ella, más bien, todo lo contrario, porque ya por la noche, Electra y Casiopea durmieron acurrucadas la una junto a la otra. Y de hecho, la pequeña gatita a mi lado, estaba así hasta que se ha levantado para saludarme.

Después de preparar el desayuno, limpio la encimera de la cocina y justo cuando estoy a punto de sentarme para tomar el café y las tostadas, mi teléfono comienza a sonar en una mesita cercana.

FADE AWAY [#2]Where stories live. Discover now