Capítulo 28. Paseo por la ciudad.

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Han pasado unos días desde que estuve a punto de escaparme a Rye. Desde entonces, he estado llamando a Kelly a diario, preguntándole constantemente como se encontraba. Y aunque es obvio que aún sigue muy triste por lo de su abuela, lo está llevando lo mejor que puede y, alguna que otra vez, incluso me ha llegado a repetir lo pesada que soy.

Aparte de eso, no puedo decir que haya pasado nada interesante estos días, pero justo ahora, me encuentro en una cafetería del centro con Zoe y Naida, después de haber salido de la tienda de vestidos de novia, y, a pesar de que Zoe consiguió retrasar unos días más la prueba del vestido, lo cierto es que seguía poco ilusionada por ello y Naida ha sido la responsable de acabar trayéndola a rastras. Y con ellas, han conseguido arrastrarme a mí también.

—¡Esto es horrible! —exclama Zoe, llevándose las manos a la cara—. Faltan menos de dos meses para mi boda y ningún vestido me gusta. ¿Qué se supone que debo hacer ahora?

—¿Cambiar de tienda? —dice Naida de forma irónica y Zoe la mira mal.

—Pero... —digo yo—. A ver, Zoe. Esto no es tan grave, ¿no? Quiero decir... El problema no es que los vestidos te queden mal, porque te quedan increíbles... Solo necesitamos encontrar uno que cumpla todos los requisitos que buscas.

—En realidad tampoco pido tanto. Si por mi fuera, me casaría con ropa normal. —Ella suspira—. Pero no quiero decepcionar a nadie. Mi familia va a venir desde Italia para la boda y quiero que sea un día especial para todos. Un día para recordar de verdad... —Zoe parece pensar un momento, y luego dice—: ¿Sabéis que sería increíble? 

—No —responde Naida, dándole un sorbo a su taza de café—. ¿El qué?

—Llevar algo que nadie esperaría... Algo así como un vestido de novia gótico, pomposo y de color negro... —dice, fascinada solo de imaginarlo.

—Vamos, Zoe. ¿No crees que ya es lo suficientemente moderno llevar un ramo de rosas teñidas de azul? ¡Deja de cambiar las costumbres tradicionales! Con lo bonito que habría sido un ramo de claveles o simplemente unas rosas normales... 

—Naida, por favor, deja de sonar como una antigua —le dice Zoe, rodando los ojos—. Y no es por ser «moderna», solo me gustan las rosas azules y ya está.

—Sigo pensando que deberías optar por algo más clásico y elegante.

—Lo clásico me aburre. Ese es tu estilo, Naida, no el mío.

Naida, aún poco convencida, me mira y pregunta:

—Eve, ¿tú que piensas?

Yo dejo de beber de mi café frío, para responder:

—¿Sobre el vestido, las flores o todo en general? —Naida se encoge de hombros—. A ver, yo solo creo que si es su boda, debería decidir ella. Y ya está lo suficientemente agobiada con lo del vestido, como para meterle más presión...

—Gracias... —me susurra Zoe, suspirando aliviada.

—No te preocupes, ahora lo importante es encontrar el vestido perfecto y lo vamos a conseguir, ¿de acuerdo? —le pregunto y ella asiente con la cabeza, con una sonrisa de boca cerrada. Entonces, la campana de la puerta de la cafetería, suena alertando de que alguien acaba de entrar. Y cuando me fijo en quien es, les susurro a las chicas—: Mirad quien viene por ahí...

Ellas se giran rápidamente, con absolutamente nada de disimulo. Y cuando la ven, Naida rueda los ojos de forma exagerada.

—Lucifer... —susurra ella, suspirando y mirándola con los ojos achinados.

FADE AWAY [#2]Where stories live. Discover now