[ capitulo 8289172919 ]

196 20 4
                                    

      [ 🍀 ] holiii mis amores, como han estado?
      Espero que muy bien, disfrutando de la lectura e interactuando, quiero que sepan que durante el último capítulo que subí hace algunos días pasaron muchas cosas, además de que los timelaps están siendo enormes y por lo tanto se pierden muchos detalles.

      Para este capítulo les traigo un pequeño flashback de lo que ocurrirá en el futuro, bueno más que flashback es un spoiler de lo que ocurrirá en el futuro (nomas para que vean que no soy mala).

      Así que, sin más nada que decir, he aquí el capítulo.
[ PD: ignoren el separador, es de una historia que apenas estaba escribiendo 😩]






























Las persianas de la ventana estaban cerradas, además de selladas con cualquier cosa que impidiera que alguien mirara hacia adentro, tal vez parecía loca o una ermitaña, pero nadie podía saber que yo estaba aquí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Las persianas de la ventana estaban cerradas, además de selladas con cualquier cosa que impidiera que alguien mirara hacia adentro, tal vez parecía loca o una ermitaña, pero nadie podía saber que yo estaba aquí.

Mis manos temblaban nuevamente como si estuviera en constante peligro, y el bebé simplemente no dejaba de llorar; todo estaba empeorando desde la última vez, mis oídos dolían constantemente con cualquier mínimo ruido, podía escucharlo todo incluso con algodones metidos en mis oídos, y la migraña no hacía más que empeorarlo todo.

—Por favor, por favor, por favor... solo cállate... —dije mientras me acercaba a la cuna, sintiéndome molesta y desesperada. —Cállate de una vez, pequeño pedazo de...

No, no lo iba a hacer...

No podía hacerlo...

Mis ojos se llenaron de lágrimas mirando al bebé, me sentía culpable de tan solo haberlo pensado; no podía matar al bebé, no podía deshacerme de él.

Me pasé las manos por el rostro con frustración, sollozando y jugando con mis manos mientras pensaba una y otra vez, pero incluso pensar me parecía difícil.

—Shh... no te muevas...

Mi cuerpo se puso rígido cuando escuché una voz detrás de mí, podría atribuirlo a mis alucinaciones constantes, pero las alucinaciones no te ponen una daga en el cuello.

—Creí que te alejarías de él... —volvió a hablar, quitando la daga de mi cuello y recargando su cabeza contra mi hombro. —¿Por qué...?

—¿Y que querías que hiciera? ¿Decirle que no?

—Lo sé... —murmuró, dando un paso atrás.

Sollocé de nuevo, me sentía estresada, culpable e impotente.

—Ya no importa, supongo. Te traje algo.

Se alejó de mí y me di media vuelta para ver al hombre, cubierto de pies a cabeza por su característico traje negro. De uno de los bolsillos de su traje sacó un pequeño frasco justo a una jeringa y los puso sobre la mesita de centro, él se tomó el atrevimiento de tomar asiento en el sofá y soltó un largo suspiro.

—¿Qué es eso? No, más bien, ¿cómo me encontraste? —dije, cruzándome de brazos.

—Eso... eso es una droga que encontré en la oficina de Stan Edgar, lo escuché hablando con otra persona, no sé qué querían lograr, pero aparentemente esto puede ayudarte con tu migraña —se levantó de nuevo del sofá y se acercó a la cuna donde el bebé aún sollozaba—. Sobre cómo te encontré... no creas que no puse atención a cada una de tus palabras...

Miró al bebé por unos segundos y lo tomó en brazos, arrullándolo lentamente.

—Es lindo... se parece a ti.

Me acerqué rápidamente a la mesita de centro y tomé el frasco junto a la jeringa.

—¿Qué quieres? Sé que no trajiste esto como un acto de buena fe...

Él miró al bebé entre sus brazos y luego me miró a mí. —Que te vayas... que te largues de Estados Unidos, vete a Reino Unido, Egipto, no importa... solo vete —dijo con un toque de tristeza—. Nosotros no podemos simplemente desaparecer, porque ellos tienen la información de todos, pero tú aún puedes irte.

—Tú mismo lo dijiste, tienen la información de todos.

—Sí, pero tú estás muerta... legalmente hablando —se acercó y me entregó al bebé—. Cuando fuimos a Guinea Ecuatorial, tú moriste... ¿no lo recuerdas? Tuvimos que abortar la misión porque tenías todo el cráneo destrozado y estuviste casi doce horas muerta. Yo hice las actas de defunción y no las invalidé después, porque cuando sanaste estuviste dos meses en coma.

Fruncí ligeramente el ceño mientras trataba de comprender la situación.

—Ellos no pueden obligarte a nada, porque legalmente estás muerta.

Él tomó el frasco y rompió la parte de arriba, con la jeringa absorbió el líquido verde del frasco y después me lo inyectó en el cuello, haciéndome soltar un quejido de dolor.

—Así que, vete.

Miré a Noctámbulo por unos segundos y después miré al bebé en mis brazos, que parecía más calmado mientras se chupaba el dedo.

—Por cierto... toma —me entregó una caja pequeña, bueno, más bien era mediana—. Es para el pequeño Leonard...

Acarició la cabeza de mi bebé suavemente para después levantar su mano a mi mejilla y acariciarla con su pulgar.

—Por favor... cuídate...

Dicho esto, me abrazó...

Era una extraña despedida para ambos, pero al mismo tiempo era como si estuviera tranquila con él; estar entre sus brazos siempre me había traído una extraña paz y al igual que otras veces, ahora estaba confiando plenamente en él. Erving era la única persona capaz de apuñalarme por la espalda, no solo metafóricamente hablando, sin embargo, nunca lo ha hecho.

𝙐𝙉𝘿𝙀𝙍 𝙏𝙃𝙀 𝙏𝙄𝘿𝙀 || 𝙎𝙊𝙇𝘿𝙄𝙀𝙍 𝘽𝙊𝙔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora