Relatos de un roto corazón. (Wigetta)

Apoyo.

Capítulo21: Apoyo.

Guillermo.

Haypersonas que no sirven para amar. Otras que no pueden ser amadas. Yluego, ahí estaba yo, que no servía ni para una ni para otra. ¿Quéme quedaba entonces? ¿Haces como si nada hubiese pasado?. Samuel mehabía invitado esta tarde a salir y yo ni tan siquiera podíamoverme de la cama. No sabía si por miedo o por nervios, o por lasdos cosas, en realidad. Era como una pesadez en la espalda, un pesoconstante en los hombros... como no poder permitirme a mi mismovolver a lo que alguna vez tuve con Alex.

Dios sabecuanto me había costado aceptar que sentía algo por el mayor. Perolos sentimientos no se pueden controlar, esa fue la excusa -realidad-que me dije, para que el nerviosismo se alejase. Pero, a la hora dela verdad, después de aquel beso, después de aquella revolucióndentro de mi, todo se había tornado a tiempos diferentes, A...cuando yo estaba con Alex.

"Alfinal, incluso después de tanto tiempo, todo sigue reduciendose aAlex"

Me frotélos ojos, volviendo a coger el teléfono para mirar leer y releer elmensaje de Samuel.

"Peroes tan distinto a él..."

Inclusoa traves de unas simples palabras por una pantalla, desrocha calidez.

Jugueteécon el movil entre mis manos, indeciso.

"¿Alexiba a amargarme la vida? ¿Iba a permitir que jamás me diese unaoportunidad?"

-Alex...-¿Fue un error o un acierto?.

-Guille....-Salté de la cama, cayendo las sábanas a un lado y yo con mediocuerpo fuera. Y, entonces, ella estalló en carcajadas.

-¡Carol,no vuelvas a hacer eso!

-Pero...si yo... solo he venido a preguntarte si no ibas a desayunar.- Seguiariendose sin parar, y a pesar de que estaba algo impresionado, nopodía evitar que su sonrisa me hiciese un poquito más feliz yseguro.

-No tengohambre.- Negué con la cabeza y suspiré al ver como ella seacercaba.

-¿No vasa desayunar? ¿Tú? ¿Cuando hay galletitas de dinosaurios y fruta?.-Rodé los ojos.

-No tengohambre.- Repetí, como si eso fuese una excusa suficiente.

-¿Qué tepasa?.

-Nada...

-Oh,entonces, llamaré a Samuel para preguntarle a él.

-¿Y porqué él debería de saber algo?- Grité, seguro de que me estabasonrojando.

-¡Losabía!.- Odiaba a mi hermana, por conocerme tan bien y por ser tantierna. ¿Qué hermana menor es tierna? Quizá era porque, en algunasocaciones no parecía mi hermana, sino mi niña.

-No esnada... es solo que Samuel me ha invitado a salir...

-¿En unacita?

-No...- Lamiré.- No lo sé.

¿Cómopodía sentirme infantil y diminuto ante una niña de menos de quinceaños?.

-¡¡Esuna cita!!.- Saltó, haciendo que mi cama, y por ende, que yorebotase con ella.

-¿Tú nodeberías estar triste o tener miedo de que te abandone?

-¿Y túno deberías estar ignorándome completamente al saber que vas atener novio de nuevo?

-¡¡Novoy a tener novio!!

-Samuelquiere que seas su novio.

-Y no tevoy a dejar.- Ignoré su frase anterior.

-Y yo novoy a tener miedo de que me abandones. Samuel me cae muy bien, y senota que te quiere bastante no como...- Le lancé una mirada, deseosode no escuchar de él.

-No quierovolver a...- Me interrumpió, cogiendo mi mano y acariciando miespalda. Esto es tan reconfortante... realmente mi hermana era lamejor persona que jamás había conocido, a pesar de ser tan mocosa ymolesta, y dejarla a la deriva fue el peor error que jamás pudecometer.

-Nopasará. No con Samuel, creeme. Confia en mí. He visto como te mira,y como te sonríe. Te quiere y él es super bueno conmigo...

Asentí.Porque, en realidad, era lo único que podía hacer.

-Estábien, iré. Tendré esa cita con Samuel. Daré todo de mi paradejar el miedo atrás.

-¡Bien!.-Sonrió, y me volví a sentir como el hermano mayor.- ¡Pues venga,vamos, que te tengo que ayudar, que tú eres un desastre!.

-¿¡Qué?!.

Volví amirar el mensaje.

"¡HolaGuille :D

Teespero a las 4 en la puerta de Emag.

Ponteaún más guapo de lo normal, ¿vale?

¡Y nole digas nada a Rubén que esto será un secreto entro nosotros!

♥

¿Seguroque no había sido un error?.