Trabajo.

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Capítulo 6: Trabajo.

Guillermo.

Y ahí estaba yo, siendo arrastrado por Rubén a-dios-sabe-donde, tan conmocionado que no podía ni objetar. Este seguía arrastrándome -literalmente- mientras yo le seguía sin protestar. Intenté hablar, de verdad que lo hice, y más de una vez, pero Rubén iba a lo suyo, y en ocasiones dudaba que recordase que yo aún seguía aquí, y que me estaba arrastrándo.

-R-Rubén, ¿dónde vamos?- Por fin encontré mi voz para hablar, pero de poco sirvió, ya que él me seguía ignorando.

De nuevo iba a preguntarle, pero entonces él se paró frente a un local de recreativos. Era bastante 'famoso' en nuestro pueblo, ya que era el único. ¿Para qué me traía aquí?.

Dudé en preguntar, pero me dije a mi mismo que ya que estaba aquí, quería saber qué estaba pasando.

-¿Qué estamos haciendo aquí?.- Volví a insistir, esperándo una respuesta.

Quiero irme corriendo a casa, meterme bajo las sábanas y no salir de allí en años, o mejor, nunca”.

-¡Pues....!

Y si, ahora estaba aquí sentado, esperando a que Rubén terminara de hablar con Diana.

Miré a mi alrededor, y me quedé algo embobado. Esto estaba lleno, completamente lleno. La parte de la bolera era la que tenía más fama.

-¡Ven, Guille!- Gritó Rubén de nuevo.

Me levanté pesadamente de aquel banco donde me había sentado para intentar analizar todo eso y caminé hasta posicionarme a su lado.

-¿Si?- Pregunté algo confuso.

No se porqué habíamos venido aquí, y sinceramente, lo único que quería era volver a cas.a

-Este es- Rubén seguía hablando con la muchacha de antes.

Esta me analizó de arriba a abajo, y eso me hizo sentir muy incómodo. Odiaba eso, que me miraran tan detenidamente, me ponía tan nervioso...

-Bueno....- Alejó a Rubén y yo me quedé solo de nuevo.

Me quedé un rato mirándo al suelo y, en realidad a todos lados, pensando que hacía mucho tiempo que no venía aquí. Desde antes de haber empezado mi relación con Alex, mi familia y yo siempre solíamos pasar un 'día en familia' -como mi madre le decía- en los recreativos, y fue mi padre quién me enseñó a jugar a los bolos, y, cuando era invierno y traían la pista de patinaje, a patinar.

Relatos de un roto corazón. (Wigetta)Where stories live. Discover now