Rosa Negra

Capítulo 11

Los años pasaron como el agua en la cascada. Crecieron y aprendieron juntos como amigos y al igual que sus edades, cambiaron sus maneras de pensar y de sentir.

Naruto y Sasuke se volvieron amigos rápidamente, gracias a ello el rubio recupero su confianza y energía que lo caracterizaba. Los dos se volvieron inseparables, tanto que a veces dormían juntos o compartían sus comidas.

Luego hubo un año de tristeza, cuando Mikoto Uchiha murió en manos del suicidio. Había muerto cortándose las venas en la bañera, lo hizo cuando corrió a sus sirvientas. Los dos hermanos sufrieron demasiado y Sasuke se consoló en los brazos de su nuevo amigo.

Itachi tomo una nueva posición y se encargaba del trono vació que su madre había dejado, mientras que su padre se llenaba de alcohol y de deseos sexuales. Cada mujer diferente entraba al palacio a satisfacer lo, que ya era una costumbre en el castillo, varias mujeres se le habían insinuado e Itachi los rechazaba o amenazaba de mandarlas a la horca.

Jiraiya se volvió un sabio de la familia Haruno, para proteger a Naruto que se volvió su ayudante.

Después de un tiempo, el doceavo invierno llegó a la aldea, dejando blanco el lugar como una nube.

Naruto ya tenía 18 años al igual que Sasuke. Ya era considerado un adulto para la sociedad y para volverse un soldado, pero sabía que Jiraiya no se lo permitía.

Ahora se encontraba en el suelo, durmiendo, pero antes de que abriera los ojos, recibió una patada detrás de su espalda que lo hizo quejarse de dolor.

Una voz rugió junto a su oreja -¡Mocoso! ¿¡Qué rayos haces en el suelo durmiendo?! ¿¡Tanto te quieres morir?!-.

Naruto lanzo un quejido. -Si esto no me mata, el trabajo lo hará.-

-¡Recuerdo que de pequeño decías que querías ser de ayuda! ¡Y ahí está!-

-Me arrepiento de mis palabras, además era un niño – se puso de pie para enfrentar a su padre adoptivo.- un niño muy inocente que no sabía nada del trabajo.-

. -Si, sí claro, pobre criatura.- su voz estaba cargada de sarcasmo.- Bueno niño, es mejor que te pongas a trabajar si no quieres sufrir las consecuencias.-

Naruto hizo una mueca.- Que gran padre me conseguí.-

Jiraiya alzo la mano y lo golpeo varias veces en el hombro.- Se agradecido, no sabes lo que tuve que sacrificar para protegerte, mocoso malagradecido.-

Naruto trato de cubrirse.- Si, lo siento, no volveré a quejarme.-

Jiraiya se detuvo y le acomodo el sombrero que se había resbalado.- Por favor, acomódatelo cada vez que puedas.-

Naruto noto su voz preocupada y asintió.- Lo haré, no se preocupe.-

Jiraiya sonrió complacido.- ¡Bien! ¡Ahora ve a terminar tu trabajo!, ¡No te metas en problemas!.-

Naruto asintió una vez más antes de ir a la bodega, su trabajo consistía en acomodar varios pergaminos de la era Edo que al parecer tenía información importante de la familia Haruno y Uchiha. Los pergaminos se unieron cuando Sakura y Sasuke anunciaron su compromiso, era como una prueba de confianza.

Naruto recordó ese día, cuando se celebro una gran fiesta de parte de los Uchihas, aunque el no había asistido, pero aun así había escuchado la música y los gritos de alegría que llegaban a su habitación. Recordaba que esa noche, Sasuke se coló a su habitación furioso, gritando que se iba a casar con la insoportable de Sakura y después que se quejo lo suficiente, lo abrazó y le pidió dormir a su lado.

Sintió arder su rostro, cuando recordó el calor de sus manos en su cintura que lo apretaban como si lo necesitaran. Se dio una cachetada para alejar esos pensamientos, pero aun así con el frío, sentía calor.

-Me estoy volviendo loco – susurro.

Cuando llego a la bodega, se extraño de que estuviera abierto "Recuerdo haberlo cerrado, tal vez se me olvido" no le tomo importancia y entro.

La bodega estaba en silencio y con las luces apagadas.

Naruto busco a tientas las velas, hasta tomar algo suave que no era una vela. Empezó a acariciarlo, tratando de adivinar lo que era.

.-Nunca me habías acariciado así.-

El rubio lanzo un grito mientras apartaba su mano.

-¡¿Qué?! ¡¿Quién eres?! ¿¡Cómo entraste?!-

Sintió un ligero jalón, haciendo que chocara con algo cálido y duro.

-¿No conoces la voz de tu mejor amigo? –

Naruto abrió los ojos de sorpresa.- ¿Sasuke?.-

-Así es – sintió una ligera caricia en su espalda.- ¿Estás ocupado?.-

Naruto se concentro en los latidos que escuchaba cerca de su oreja y se dio cuenta que había chocado con su pecho.

-¿Menma? -

-¿Qué? Oh si estoy ocupado, tengo que terminar de acomodar los pergaminos-

Escucho su risa que vibro en su oreja.- Desde hace semanas que estas con eso.-

Naruto se sintió ofendido y se apartó rápidamente antes de que se acostumbrara a su calor.- No tengo la culpa de que sea mucho, aparte ¿Qué está haciendo aquí su majestad?.-

-Vine a verte -

Naruto se sorprendió por lo natural de sus palabras.- ¿A verme? ¿Por qué? -

-¿No puedo visitar a un amigo?.-

Naruto soltó un gran suspiro.- ¿No debería de visitar primero a su futura esposa?.-

Sasuke no contesto. Poco a poco varias luces se encendieron, haciendo que la oscuridad se alejara.

Por fin pudo ver el rostro del azabache que lo miraba extraño. Naruto se sintió incomodo, su mirada lo hacia sentir desnudo, penetrante que lo hacía querer protegerse.

-¿Por qué debo ver a alguien que no aprecio? -

Naruto sintió escalofríos. Sus palabras eran frías como un tempano de hielo, tanto que si Sakura lo escuchaba se hubiera puesto a llorar.

Trato de no tomarle importancia y con el dedo señalo los estantes llenos de papeles.- Si te quedas conmigo, significa que me tendrás que ayudar.-

Sasuke relajo su semblante y asintió.- Te ayudare, así tienes tiempo para mi.-

Naruto no sabía cómo reaccionar ante sus palabras, todavía no estaba acostumbrado a su notable sinceridad.

-Si, como quieras, estaré a sus servicios – dijo sin pensar.

Naruto noto un extraño brillo en sus ojos.

-Espero que no te arrepientas de tus palabras -. Sasuke camino hacia los estantes y empezó a trabajar.

El rubio lo miro extrañado, pero aun así decidió no preguntar y se puso acomodar los papeles.