Capítulo 30

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En esa misma noche, en una habitación del palacio Haruno. Jiraiya escribía rápidamente sobre una hoja de papel y a lado de él se encontraba un águila mensajera. No le importaba su faltas de ortografía mientras el mensaje se entendiera.

Cuando terminó de escribir, lo enrollo en un tubo y lo ato en una de las patas del ave. Con una última caricia lo despidió y el ave salió volando por la ventana. Ya no podían quedarse por más tiempo aunque quisieran y solo podía esperar hasta que su mensaje se recibiera.

Naruto abrió los ojos, vio una habitación limpia y elegante en lugar de la habitación oscura donde pasó dolor y sufrimiento. El aroma a incienso y medicina flotaba en el aire. Distraídamente contemplo el lugar, no era su habitación de siempre, las cortinas eran color verde y la cama en la que estaba era suave como el algodón.

De repente sintió un poco de frio y bajo la mirada. Movió la cabeza y vio al soldado que aplicaba medicina en sus rodillas.

Naruto sintió dolor en su cabeza y garganta. Cuando habló, su voz era ronca como si se hubiera tragado un puñado de alfileres -¿....Usted?-

El soldado siguió aplicando la medicina -No te esfuerces en hablar, por favor sigue durmiendo-

Aunque quisiera no podía cerrar los ojos, le dolía demasiado la espalda y el miedo invadía su ser. Ya habían descubierto quien era, Jiraiya le había dicho que el clan Namikaze tenía muchos enemigos y por esa misma razón no había descubierto ¿Quién fue el asesino de sus padres?

-Yo...yo... ¿Moriré?- preguntó titubeante.

El soldado se detuvo por un momento, solamente para envolver sus heridas con una venda.

-Estarás bien, por ahora-

"¿Por ahora? ¿Qué significaba eso?" quería preguntar, pero su garganta dolía demasiado como para hablar más.

El soldado se apartó y tomó un cuenco lleno de agua. Se acercó al rubio y alzó su cabeza suavemente para que bebiera.

Naruto al sentir el liquido frio en su garganta, se sintió mejor.

Ahora su garganta no dolía demasiado y preguntó.- ¿Dónde estoy?-

-En mi casa- dejó el cuenco vacío sobre la mesa y se sentó en una silla cercana a la cama- El príncipe me dijo que te trajera aquí, hasta que el asunto se resolviera-

-Sasuke... Sasuke ¿Lo sabe?-

El soldado negó con la cabeza - No por ahora, pero no te preocupes él no te dejará-

"Eso no es lo que me preocupa" miro a alrededor y luego se detuvo en el sombrero que estaba en la mesita. Miró al soldado algo nervioso, este al sentir su mirada, solo sonrió levemente.

-Te prometo que no diré nada, si el príncipe Uchiha me lo ordena, este soldado no hablara-

Naruto suspiro de alivio y luego preguntó -Por cierto no se tu nombre ¿Cómo te llamas?-

El soldado lo pensó por unos momento y respondió -Mi nombre es Konohamaru-

El rubio asintió, por fin sabía el nombre del soldado. Sasuke siempre lo había llamado bastardo, pero no sabía el porqué y tampoco quería preguntar, no quería incomodar con sus preguntas.

Varios golpes en la puerta lo sobresaltaron y se cubrió con la sábana blanca.

El soldado desenfundo su espada y se acercó a la puerta -¿Quién es?-

-¡Soy yo, Jiraiya!-

Naruto al escuchar la voz de su padre adoptivo se destapó de inmediato. El soldado abrió la puerta, dejando pasar al sabio, que este al ver al rubio empezó a llorar.

-¡Mi muchacho!- corrió hacia la cama y abrazó el cuerpo de Naruto.

-¡Duele!- el rubio lanzó un quejido de dolor.

Jiraiya lo soltó con un rostro de arrepentimiento y lo miró de pies a cabeza. Todo su torso estaba cubierto de vendas al igual que sus rodillas y se podía ver rastros de sangre que traspasaba la tela blanca.

-Naruto- Jiraiya le temblaba la voz y apartó su mirada para ver al soldado -Déjame hablar con él a solas, por favor-

El soldado asintió y salió de la habitación.

Cuando el soldado se fue, Jiraiya tomó las manos del rubio y los apretó suavemente. Sus ojos estaban llenos de culpa y de repente soltó varias lágrimas.

-Lo siento tanto, todo fue mi culpa, si no nos hubiéramos quedado, esto no hubiera sucedido-

-Jiraiya... no te preocupes, estoy vivo, eso es lo que cuenta ¿No?-

Jiraiya limpio sus lágrimas y dijo con voz quebrada -Tenemos que irnos-

Naruto alzó una ceja sin comprender -¿A dónde iremos?-

-Mande una carta al clan Sabaku, contando la verdad, ellos todavía te tienen en cuenta así que por favor cuando recibamos una respuesta te irás conmigo-

El rubio no sabía que responder, en esa habitación oscura había tomado la decisión de irse, pero ahora que estaba bien, empezó a dudar. No quería dejar solo al azabache, por fin había aceptado sus sentimientos y para ser alejado de la nada...

-Se que no quieres irte por el amor que le tienes al príncipe, pero... -Jiraiya tomó el valor necesario para terminar su frase - El clan Uchiha fue el que asesinó a tus padres-

Algo dentro de su ser se rompió al escuchar esas palabras. Las lágrimas empezaron a desbordarse y empezó a sentir un dolor más fuerte que los latigazos que había recibido.

-Lo siento, hijo, lo siento...- Jiraya bajo la cabeza y lo abrazo fuertemente.

*************

Sakura despertó después de haber recibido un golpe en la cabeza. Había sucedido de la nada, cuando se dirigía al palacio Uchiha para contar las buenas nuevas, un soldado la detuvo, pero antes de que se quejara, recibió un golpe por detrás.

-Buenos días, mi querida avecilla-

Sakura abrió los ojos de sorpresa y miró hacia el hombre que lo había recibido, este tenía puesto una máscara que cubría su rostro, pero su cabello largo amarillo si se notaba.

-¿Qué... Quién eres tú?-

El hombre ladeó la cabeza y respondió con una voz armoniosa -No te lo diré, no por ahora-

Sakura se removió y se dio cuenta que sus manos estaban atadas con cadenas y que estaba acostada sobre una cama de metal.

Suéltame! ¿¡No sabes quien soy?!-

El hombre no respondió y tomó de la mesa unas pinzas y tijeras.

-¡Por favor! ¡Soy la esposa de Sasuke Uchiha! ¡Soy la princesa del clan Haruno!-

El hombre lanzó un quejido- Es verdad, hablas mucho, bueno aprovecha porque más tarde no hablaras-

El cuerpo de Sakura empezó a temblar y se movió bruscamente, tratando de apartar las cadenas, pero sus esfuerzos fueron en vanos.

-Bueno, princesa Haruno, diga "Ah"-







Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora