Rosa Negra

Capítulo 27

La luz del sol se extinguió para darle paso a la luna plateada que alumbraba en la oscuridad de la noche. Ya no nevaba como antes, poco a poco el hielo se estaba derritiendo y los animales que estaban escondidos aparecieron para volver a su rutina. 

Naruto caminaba en el pasillo junto con Hinata, los dos habían prometido salir a comer Ramen, pero por las circunstancias del trabajo ya no pudieron salir y lo único que querían era descansar hasta el amanecer.

-Será en otra ocasión- dijo Hinata.

-Si, ahora mismo me estoy muriendo del cansancio- 

-Ya somos dos- 

Cada quien entró en su habitación. 

Ahí en la oscuridad de su cama, había una silueta. Naruto se llenó de pánico, escuchó un gemido que hizo que la piel se le erizara, no podía encender una vela aunque quisiera.

-Menma...-

El rubio alzó una ceja y preguntó con voz titubeante -¿Sasuke? ¿Eres tu?-

No respondió a cambio solo se levanto de la cama y caminó hacia él.

De repente, Sasuke estrelló sus labios con el suyo y lo empujó a la pared, donde lo sujeto con su cuerpo. Con la mano libre, le tomó de la nuca por debajo del sombrero. La presión de sus labios lo dejó en shock. No supo cómo reaccionar y no tenía idea de lo que estaba sucediendo. Perplejo y tembloroso lo empujo, pero no funciono. 

Sus labios estaban cerrados, mientras el corazón le latía con fuerza y las piernas le flaqueaban. Naruto trato de empujarlo una vez más, pero Sasuke no se lo permitió, tomó sus manos y lo presiono encima de su cabeza.

El rubio se removió bajo su cuerpo. El azabache mordió sus labios para que los abriera y cuando lo logró, enredó su lengua con la otra.

Naruto pudo saborear el arándano y jengibre de su boca; era una esencia que le resultaba ardiente y ala vez dulce que lo embriagaba. Noto como le introducía la lengua y como le exploraba la boca, como la deslizaba más y más adentro, tanto que ya no puso resistencia.

Tras este beso, el azabache redujo la presión hasta que sus bocas apenas se tocaban y su aliento, que el frío de la noche convertía en vaho, se mezclaba de modo visible. Le recorrió la mejilla con los labios hasta el hueco de la oreja. Entonces al sentir como le acariciaba con la lengua y como le tomaba el lóbulo entre los dientes, Naruto reacciono.

-Esto...esto está mal... Sasuke- gimió cuando sintió una mordida en su cuello- Sasuke reacciona-

Sasuke hizo caso omiso y otro beso apasionado y rudo se estrelló en sus labios. Devoro la boca y lo saboreó y lamió el paladar. El rubio sintió un placer intenso que su parte baja reaccionó "Tengo, tengo que detenerlo..."

Cuando se separó de él se sintió un poco aliviado, pero le sorprendió cuando fue levantado del suelo y llevado hacia la cama. 

Por fin miro esos ojos negros, gracias a la luz de la luna y pudo notar como ardían de placer. El rubio sabía que algo extraña estaba sucediendo, su amigo no se atrevería a actuar así. Recordó que su boca tenía un sabor a Jengibre y arándano una extraña combinación, pero que funcionaba para una sola cosa "como un afrodisiaco" .

-Sasuke, escucha... este no eres tú, estás drogado-

El azabache lo empezó a desvestir. Le quitó el Kimono con rudeza y estaba a punto de quitarle el sombrero, pero Naruto no se lo permitió.

-Se que no puedo convencerte con palabras, pero por lo menos hazme caso está vez y no me lo quites-

Sasuke no respondió, pero hizo caso y alejo sus manos del sombrero.

Naruto ya dio por perdida la batalla y se dejó hacer.

Sasuke recorrió su pecho con la yema de sus dedos y luego bajó la cabeza hacia su cuello para lamerlo y mordisquearlo. Su mano bajó hacia su pene y lo acarició suavemente, provocando que su amante lanzará gemidos de placer

Descendió, y Naruto sintió como sus piernas desnudas eran separadas y se percató de que el azabache tenía su cara junto en su pene.

-¡¿Qué?!...espera...-

No pudo terminar su frase cuando sintió su boca húmeda en su farol. Lo lamía con esa lengua cálida y paciente de arriba a abajo. 

Sintió un dedo, largo y ágil, en su entrada, se sorprendió cuando lo sintió moverse en su interior.

Sasuke susurro palabras que no pudo entender y volvió a sentir el dedo en su interior, más profundamente esta vez, mientras que con su lengua acariciaba su parte baja.

Naruto se estremeció y gimió. A la vez que sentía como otro dedo se insertaba en su cuerpo. Apretó los dientes para no hacer ruido, pero no podía evitar gemir de placer.

-Sasuke... ah.. ya-

Sus miradas se cruzaron y al rubio se le nublo la vista. Sabía que estaba hecho un desastre, sus ojos lagrimeaban y su rostro estaba ruborizado.

-Eres hermoso-

Naruto no pudo contestar, no pudo hacer nada salvo observar asombrado como él seguía lamiendo. Echó la cabeza atrás y su corazón se le aceleró. Sintió que algo estaba a punto de salir y trato de empujar la cara del azabache.

-Me... me vengo-

Una ola de placer lo invadió, arqueó la espalda, gritó y gimió. 

Sasuke se apartó y se trago el liquido blanco. Estaba algo desorientado que dejó que el azabache lo pusiera boca abajo. Volvió a introducir los dedos, beso y lo mordisqueo espalda abajo. 

Naruto sintió el roce de su pene entre las piernas, duro hinchado y ardiente. Tuvo miedo, iba a hacer su primera vez y no le gustaba cómo sería quitado.

Sasuke, agachado sobre él, lo provocó y lo acarició hasta que elevo sus caderas. Le besó y mordió su nuca.

-Quiero estar dentro de ti, te deseo tanto-

Naruto dijo con dificultad -No lo recordaras-

-Lo haré, te lo prometo-

La punta de su pene se deslizó adentro y lo introdujo lentamente. El rubio le dolió mucho más cuando le había insertado los dedos y se puso súbitamente tenso. El tomo sus caderas y empujo con fuerza una y otra vez hasta que lo penetró totalmente.

Naruto se retorció de dolor, no aguantaba, era nuevo para él .-Por... por favor detente- 

Sasuke empezó a repartir besos en su espalda para calmarlo, mientras lo embestía con fuerza. Poco a poco el dolor se alejó y fue invadido por el placer.

-Ah...ah Sasuke...ah-

Pronto llegaba al clímax, sus dedos se enterraron en sus caderas y con varias embestidas más llegó al límite.

Naruto sintió como se llenaba su interior, se sentía desfallecer, no pudo soportar más y se dejó caer.