Capítulo 28

7.1K 750 130
                                    

El cuerpo de Naruto se sintió pesado y adolorido a la primera luz del amanecer. Algo le impedía moverse. 

Lentamente abrió los ojos y vio al azabache que dormía tranquilo. Los recuerdos de la noche anterior invadió su mente, provocando dolor en su corazón.

Ahora ¿Qué iba a hacer? se había acostado con un hombre casado, lo peor es que era el segundo príncipe del clan Uchiha y estaba seguro que lo iban a matar por cometer tal pecado. 

Miró hacia la ventana. El sol había salido y pronto habría sospechas sobre la desaparición del principe. Debería levantarse y huir antes de que llegaran los soldados a buscarlo, pero Sasuke no se lo permitió, sus brazos estaban apretando en su cintura.

Mientras luchaba para escapar, aunque fue inútil, una mano grande de repente presiono su brazo.

-Deja de moverte, no puedo dormir-

-Sasuke, suéltame, déjame ir-

Naruto empezó a golpear su pecho.

Sasuke abrazó fuertemente sus caderas .- No, no te dejaré ir-

El rubio no cesó los golpes y el azabache tampoco lo soltó.

-Me van a matar si me ven contigo-

-¿Quién lo hará?-

-¿Tu quien crees?, tu padre o tu hermano me van a decapitar y la verdad no quiero morir tan joven-

Sasuke lanzó una carcajada, mientras escondía su rostro en su barriga. Empezó a repartir besos en su ombligo y lo mordió suavemente.

-¡¿Qué... estás haciendo?!-

-Estoy feliz, por fin estoy contigo como quería-

Naruto se detuvo y lo miró perplejo "¿Qué no estaba drogado anoche? ¿Cómo es que puede recordar?"

-¿Te arrepientes?-

Su pregunta lo tomó por sorpresa ¿Se arrepentía? era verdad que sentía algo por el azabache y que por culpa de su conciencia no le pudo contestar como quería y simplemente lo negó, pero ahora, los dos habían hecho el amor y lo peor de todo es que era consciente en lo que estaba haciendo.

Lo miro por unos momentos y esta vez respondió con la voz de su corazón -No...-

Sasuke se sintió feliz y lo abrazo fuertemente.

-Pero... ¿Qué va suceder con Sakura?-

Su sonrisa se borró rápidamente y suspiró -No lo se y no me interesa-

-¿Sabes que fuiste drogado anoche?-

Sasuke asintió con la cabeza. Claro que lo sabía, lo sabía perfectamente. Esa noche estaba jugando con su hermano al ajedrez cuando de repente se empezó a sentir caliente y excitado. Salió de la sala rápidamente y corrió hacia el baño, pero a pesar de que se masturbo varias veces no podía calmar su apetito sexual y entró a una habitación sin saber de quién era.

-Me alegro que hayas sido tú, por favor quédate a mi lado ya no me rechaces-

Naruto suspiro -Está bien, ya no lo haré-

Varios golpes en la puerta, rompió esa paz y tranquilidad que habían creado. La voz de un hombre se escuchó.

-¿Majestad? ¿Se encuentra ahí?-

El azabache tenía ganas de destruir a la persona detrás de la puerta con la mirada. No quería soltar a su amante, se sentía relajado y contento en sus brazos.

-Majestad, si está ahí, por favor salga, su hermano quiere verlo-

Sasuke lo soltó a regañadientes y se levantó de la cama ante la atenta mirada de su ex amigo. 

-No tardó, quiero ver que quiere mi hermano y vuelvo-

-No es necesario, yo... necesito trabajar-

-Por favor quédate y descansa, haré que te traigan el desayuno-

Naruto sonrió -Está bien, no te preocupes, quiero comer en compañía de alguien así que bajaré-

El azabache lo miro dudoso, pero decidió aceptar. Se vistió rápidamente y antes de que se fuera le dio un beso corto en los labios.

-No tardaré, te buscaré más tarde-

Naruto asintió con la cabeza y no apartó la mirada en el Uchiha hasta que salió de la habitación. Suspiro de alivio y se quitó la sábana que cubría su cuerpo.

En la sábana color blanca, había manchas rojas de sangre. Tenía miedo de que el azabache lo descubriera por esa misma razón no se movió de su lugar. 

-¿Ahora que hago?- no sabía como limpiarlo sin que nadie se diera cuenta. Decidió levantarse de la cama aunque sus piernas temblaran y sintiera dolor en su espalda baja. Tuvo que esconder las sábanas blancas debajo de la cama, luego se desharía de ellas.

Se bañó y se vistió para empezar con su rutina diaria, pero cuando abrió la puerta, lo esperaban los soldados de la familia Haruno.


Rosa NegraWhere stories live. Discover now