Capítulo 22

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Naruto odiaba despertarse temprano. 

-Ni siquiera pude dormir bien -  dijo, mientras se levantaba del suelo. Su vida se estaba volviendo difícil desde que empezó a trabajar en el palacio del clan Uchiha, lo mandaban de un lado a otro sin descansar y cuando cerraba los ojos, las campanas de la mañana lo despertaban.

-Necesito ver a Jiraiya- murmuró -aunque no se si Sasuke me deje-

Naruto abrió las ventanas. La fría brisa del invierno entró a la habitación. Se alejó de la ventana y se acercó al viejo espejo. Como siempre se vestía de sirviente y se ponía su sombrero cerciorándose de que sus cabellos dorados no se vieran.

Salió de la habitación y caminó hacia el almacén donde todos se reunían a desayunar. Hinata la esperaba en el pasillo y cuando chocaron miradas, compartieron una sonrisa.

-Hoy comeremos huevos estrellados, acompañados de un rico puré de papas 

El rubio asintió. Los dos llegaron al almacén, donde pocas personas se encontraban sentados en la mesa de madera, algo que les resultó extraño.

-¿Qué pasó?- preguntó Hinata, mientras se sentaba a lado de su compañero -¿Dónde están todos?-

 -Tendremos visitas- respondió un hombre -Así que desayunen rápido, tenemos que ayudar-

- ¿Otra vez? -  Naruto lanzo un quejido -estuvimos toda la noche despiertos, para arreglar la habitación que la princesa arruinó -

 - Ve a quejarte con el príncipe Uchiha, tal vez te deje libre por ser tu -

 Naruto iba a responder, pero su amiga se adelantó.

- Cuida lo que dices, si no quieres que te maten por estar diciendo estupideces -

El hombre se sorprendió por la fría voz de Hinata, la mayoría la conoce por ser tierna y amable con los demás. Abrió la boca, pero no pudo articular palabra alguna.

-Bien, eso está bien

-¡Wow! ¡Hinata ya hablaste como la anciana Nekobaa, te felicito! - una sirvienta aplaudio.

Hinata bajó la mirada avergonzada. 

- Bueno, coman, tenemos trabajo que hacer - ordenó una sirvienta.

Los chicos asintieron y se pusieron a comer.

El palacio poco a poco se llenó de decoraciones. Varias banderas estaban en el patio, representando cada clan como respeto, ya que iban a venir desde muy lejos para celebrar la unión de dos clanes. 

Naruto se encontraba en el salón, acomodando varios pergaminos que al parecer contaban historias de cada clan. Se detuvo al ver el nombre del clan "Sabaku". 

- Oh, ¿Estás aquí también? - sonrió al recordar a su amigo. De pronto el mundo se derrumbó a su alrededor al darse cuenta de la situación.

-Hi...hinata -

Hinata que estaba de espaldas, volteo -¿Qué sucede?-

-¿Quién...Quién va venir?-

-Varios clanes, el clan "Nara", el clan "Hyuga", el clan "Inuzuka" y el clan "Sabaku" ¿Por que? -

El tiempo se detuvo para Naruto, conocía al clan Nara y al clan Sabaku, ya que antes estaban  con el clan Namikaze, pero ahora que ya no existen...

-¿Qué voy hacer? - poco a poco sus piernas dejaron de responder y cayó al suelo.

-¡Menma! ¡¿Estás bien?!- Hinata se acercó a socorrerlo.

Naruto miro sus ojos grises - ¿Es obligatorio de que estemos presentes en la celebración?

-No lo se, pero si te sientes mal, no participes yo le diré a Nekobaa tu situación-

-Hinata- dejó caer su cabeza en su pecho y cerró los ojos -Voy a morir-

-Dime ¿Qué sucede?- palmeo su espalda.

Solamente hubo un silencio pesado por respuesta.

-¿Menma? oye ¿Qué sucede?- insistió Hinata. 

La respuesta nunca llegó, Naruto se había desmayado.

El clan Nara y el clan Sabaku, eran muy importantes. Uno se especializaba en el control de las sombras y otro en el control de la arena, eran muy poderosos y era mejor no tenerlos de enemigos.

Naruto los conocía perfectamente, había convivido con los futuros herederos, Shikamaru Nara y Sabaku No Gaara, se habían convertidos en sus mejores amigos y estaba seguro que todavía lo hubieran sido si su clan no hubiera muerto. También estaba seguro de que lo iban a reconocer por sus marcas en las mejillas y por sus ojos azules.

-Necesito irme de aquí-

-¿A dónde vas? -

El rubio abrió los ojos al escuchar una voz fría cerca de su oreja y giró la cabeza a un lado, topándose con los ojos negros de su amigo.

-¿Sasuke? ¿Qué...qué pasó?- miró a su alrededor y se dio cuenta que se encontraba en su habitación.

-Te desmayaste en los brazos de una mujer-

Su voz le causó escalofríos, estaba claramente molesto.

-Hinata, es solo una amiga

-Ya veo-

Se quedó en silencio.

-¿No deberías de estar recibiendo a los invitados?-

Sasuke asintió - Debería -

-¿Entonces...?-

-¿A dónde vas?-

Naruto alzó una ceja confundido, hasta que recordó sus anteriores palabras -Oh a ningún lado, solo estaba soñando, tengo la costumbre de hablar en voz alta cuando duermo-

El azabache lo miro extrañado, pero no articuló palabra alguna. Se levantó de la cama, pero antes de que se alejara, lo tomó de la mano y beso su dorso -No dejare que te vayas a ningún lado-

El rubio se sonrojo y trato de apartar su mano pero no pudo. 

-Menma, me gustas y te lo repetiré todos los días hasta que escuche de tus labios lo que sientes por mi 

-Sasuke...- 

El Uchiha se acerco a su rostro y planto un beso en su mejilla - Te voy a esperar - se apartó lentamente - No importa los días o los meses que me tome - 





Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora