Capítulo 10

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Jade estaba recostada en el sillón de la sala, sus piernas desnudas le colgaban sobre el reposabrazos, en sus manos un libro a punto de ser terminado.

El timbre de la casa sonó, Greta que iba bajando la escalera, estaba más cerca y fue a abrir.

-Hola querido, pasa- le escuchó decir.

Ella alzó la mirada por arriba del libro solo lo suficiente para ver a Rayder entrar por la puerta: pantalón de mezclilla azul marino, una playera de algodón color blanca ceñida y tenis adidas azules.

¡Oh por Dios!

¡Estúpido y sensual Rayder! Pensó, luego volvió la mirada al libro.

-Hola Jade.

-Oh, hola- respondió simulando indiferencia, con el rostro cubierto por el libro escondiendo la sonrisa.

Rayder se sentó en el sofá de al lado y empezó a tamborilear los dedos en el reposabrazos, Jade trataba de seguir con la lectura pero le era imposible, no por el sonido sino por la presencia apabullante de él, cerró el libro de golpe, se sentó bien y lo miró.

-Salgamos- dijo él la nada.

-¿Adonde?

-Quiero mostrarte algo.

-¿A mí? ¿Y qué es?

-Está en mi casa, vamos- se levantó y le ofreció su mano.

Ella entrecerró los ojos dudando -Mmm no sé.

-Te prometo que te va a gustar.

Se mordió el labio, su cerebro le enviaba señales de alarma diciéndole que no aceptara pero otra parte de su cuerpo le hablaba mucho más fuerte, la incitaba la curiosidad.

Y tomó su mano -Como se trate de una trampa Hunter...

-No lo es- guiñó el ojo y la jaló levantándola del sillón.

Salieron de la casa y caminaron a la de él hasta llegar a la cochera.

-Espérame aquí-le dijo Rayder sonriendo.

-Ok. Teniente misterioso.

Entró a la casa y medio minuto después la cortina eléctrica comenzó a levantarse, él salió empujando una motocicleta deportiva color gris con detalles cromados, al lado la palabra Yamaha.

-¡Wow! Está increíble, ¿Es tuya?

-No, la acabo de robar esta mañana.

-Menso- rieron.

Llevó la moto a estacionarla en la carretera.

-La tengo hace un par de años pero la dejé por un rato cuando compré la camioneta.

-Está muy bonita ¡Debe ser excitante tener algo así de potente entre las piernas!

Al escucharla comenzó a toser sonoramente, Jade pensó que se estaba ahogando con su propia saliva y le dio unas palmadas en la espalda -Estoy bien, estoy bien- carraspeó -gracias.

-Bueno, ¿y dónde están las llaves de la moto?

-¿Y para qué quieres tu las llaves?

-¡Pues para ir a dar un paseo!

-¿Quién habló de dar un paseo? Solo quería mostrártela.

-Debes estar bromeando, ¡Rayder! Vamos a dar una vuelta, ¡vamos no seas un aguafiestas! ¡Y luego tienes que enseñarme a manejarla!

La hija del GeneralDonde viven las historias. Descúbrelo ahora