Capítulo 29

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Jade se quedó como estatua por un par de segundos pestañeando varias veces pensando que era su mente haciéndole una mala jugada, era la primera vez que se quedaba sin palabras, simplemente no lo podía creer.

Rayder estaba de pie frente a su puerta empapado en agua de pies a cabeza. Cuando sus miradas se encontraron sintió encoger su corazón al ver esos hermosos ojos azules reflejando tristeza.

—Perdón por venir sin avisarte pero....

No dejó que terminara la frase y sin pensarlo se lanzó a sus brazos. Lagrimas que se había obligado a no dejarlas escapar durante días cayeron a raudales sin que pudiera hacer algo para evitarlo, no pudo más. Estos días habían parecido años sin él, lo extrañaba como a nadie en este mundo y verlo de nuevo y sentir su cuerpo era lo que más añoraba.

—¡Estas aquí! ¡Estás aquí!— repetía una y otra vez.

En el momento que la estrechó entre sus brazos sintió que volvía a vivir— No pude ¡yo no pude estar más tiempo sin ti!

—¡Estas mojado y helado!— se separó un poco de él y se limpió las lágrimas. Escurría agua de su ropa.

—Vine en moto y llueve fuertísimo.

—¿¡En la moto!? ¡Rayder! Estas temblando de frío. ¡Pasa!

—Se te cayó— levantó el bolso, el dinero y se los entregó, ella los aventó al sillón.

—Parece te has metido con todo y ropa a una piscina, tienes que quitártela sino quieres resfriarte. Ven.

Fueron a la habitación y de un cajón sacó una vieja playera y un pantalón de chándal.

—Esto servirá. Esa puerta es la ducha— señaló —un baño con agua caliente te ayudará. No tengo toallas extras pero puedes ocupar la mía. Voy a poner tu ropa en la secadora.

—¿Jade, podemos hablar?

—Si, pero primero quítate la ropa— ay eso se oyó mal —digo...podrías enfermar como la otra vez que te mojaste y no quiero que eso pase. Hablaremos después.

Ambos sabían muy bien que tenían tanto que decirse pero Jade estaba preocupada por él y no quería que cayera enfermo, y Rayder no quería contradecirla, debía ir con cuidado si quería recuperarla, además de que le gustaba la sensación de ser cuidado por ella. —Como usted ordene.

Se quitó la chamarra, la playera y empezaba a desabotonarse el pantalón, Jade no le quitaba la mirada de encima, parecía hipnotizada. Rayder se dio cuenta la forma que lo miraba, la había extrañado tanto y quería estar con ella pero no quería forzar la situación y pensara se estaba aprovechando pero era innegable la energía que había entre ellos, estar juntos de nuevo reavivó la pasión que sentía por Jade. Ella tragó saliva al recordar el cuerpo de él sobre el de ella haciendo el amor, hasta ese momento se dio cuenta al sentir su libido despertar cuanto lo amaba y deseaba. Tragó saliva cuando Rayder se bajó el cierre del pantalón

—¡Válgame Dios!— se le salió en voz baja.

—¿Qué?

—¡Nada! ¡No he dicho nada!— se agachó a recoger la ropa mojada —yo...voy a....a poner a secar....la...la...— caminó a la puerta pero Rayder la detuvo.

—Espera— la tomó de la mano y con la otra le acarició la mejilla, el toque la hizo cerrar los ojos y suspirar inconscientemente —Tenemos tanto que hablar pero quiero que sepas que te extrañé mucho.

—Yo también te extrañé— agachó la mirada apenada —cometí muchas locuras esa noche, esa...enana supo que botones apretar para que perdiera el juicio. Fui una tonta al caer en su juego.

La hija del GeneralWhere stories live. Discover now