Capítulo 22

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Jade despertó sola en la cama después del mediodía, la luz del sol entraba por la ventana molestando sus ojos, se tapó con la sabana, estiró su cuerpo para desperezarse y sintió un leve dolor en su bajo vientre, sonrió.

Rayder y ella habían hecho el amor, su cama todavía olía a él, a su cuerpo, a hombre.

Él se marchó temprano en la mañana, fue después que pudo quedarse dormida un rato más recobrando las horas que no pudo dormir anoche. El sentirlo pegado a su piel durmiendo le quitó el sueño, era alucinante verlo, su cuerpo de hombre, fuerte y duro abrazándola con suavidad y ternura. Rayder Hunter era por mucho el hombre más hermoso que haya visto nunca, en verdad lo era.

Y su mente revolucionaba pensando en mil y un cosas, él le había pedido que se quedara y no sabía qué hacer, había mucho en contra y eso no la dejaba en paz.

La única razón por la cual me quedaría en Fort Lee sería....sería por él ¡POR ÉL! Porque yo...yo...

El sonido de la puerta le trajo de vuelta el pensamiento a la realidad. Jade, ya pasan del medio día ¿estás bien?

—¡Si Greta, bajo en un rato!

Se levantó, se dio un baño con agua caliente, se puso unos jeans negros, una playera purpura y bajó a la cocina, Greta estaba sentada terminando su taza de té.

—Buenos días Greta— agarró una taza y sirvió un poco de café.

—Buenos días, ¿te preparo un omelette para desayunar?

—Por favor.

—Tu papá ya se fue.

Asintió —Escuche el auto cuando se marchaba en la mañana— fue a la gaveta donde guardaban las medicinas.

—¿Te sientes mal?

—¿¡Qué!? No. No, solo un poco de dolor en...el brazo. ¿No hay ibuprofeno?

—Si hay, debiste dormir sobre él anoche.

—Si, eso debe ser— sintió sus mejillas ponerse rojas, encontró el frasco y se tomó dos cápsulas.

—¿Peleaste ayer con tu papá?

—No— se sentó y le dio un sorbo a su café —¿Greta?

—Dime— estaba en la estufa, de espaldas preparando el desayuno.

—¿Crees que mi papá se niegue a darme el dinero que me dejó mi mamá de herencia? Al cumplir la mayoría de edad podría hacer uso del dinero, ya tengo veintidós y realmente lo necesito.

—¿Tienes problemas económicos Jade?— se giró para verla con preocupación.

—¡No! Quiero el dinero porque ¡pienso abrir mi propio consultorio nutricional!—  confesó con entusiasmo.

—¡Eso es buena idea! Invertir en tu propio negocio, supongo que tu padre no tiene por qué negártelo, ese dinero lo dejó Madeline para ti. Te pertenece— terminó el omelette, lo puso en un plato y se lo ofreció a Jade.

—Gracias.

Greta se sentó al lado de ella —Quiero que sepas que estoy orgullosa de ti, te he visto crecer y convertirte en una joven hermosa y sé que tu padre también está orgulloso.

—Greta...

—Aunque no lo exprese sé que está orgulloso te ti— la tomó de las manos —tu padre te ama no lo dudes, te apoyará.

La hija del GeneralWhere stories live. Discover now