Capítulo 21

18.2K 1.1K 178
                                    

Se tomaron de la mano y salieron prácticamente corriendo de The Regimental Club con una sonrisa en sus rostros, a ratos paraban entre las sombras para comerse a besos como dos enamorados. Llegaron a la camioneta, el interior les dio privacidad para tocarse descaradamente sobre sus ropas, un beso húmedo lleno de pasión prometía lo que sucedería más adelante.

Rayder arrancó y salió como alma que lleva el diablo rumbo a su departamento.

—Manos en el volante Capitán Hunter— ordenó Jade juguetona y comenzó a besarle el cuello y la barbilla dejando mordiscos suaves a su paso, con una mano acariciaba su pecho bajándola lentamente por encima de la ropa.

Rayder apretaba el volante con fuerza conteniendo el deseo de estacionar la camioneta y tomarla ahí mismo, cuando Jade rozó con la mano su entrepierna y comenzó a acariciarlo se estremeció e inconscientemente su pie presionó el acelerador, metió el freno y por un segundo se miraron algo asustados, pero luego comenzaron a reír a carcajadas.

—¡Lo siento! Pero es que mis manos tienen vida propia tratándose de ti, quiero tocarte.

—Me encanta que me toques, solo que me tomaste por sorpresa y metí el acelerador, manos traviesas.

Llegaron a la zona habitacional, Rayder iba a tomar la calle siguiente para ir a su departamento.

—Espera, ¡espera! ¡alto!

—¿¡Qué!?— frenó la camioneta alarmado.

—Cambié de idea, mejor vamos a mi casa.

—¿Tu casa?

—Si. Ya has faltado a varias reglas por hoy, sé que está prohibido el contacto físico cuando llevan el uniforme de gala y el General te vio besarme, seguro mañana te va a sancionar. Y está prohibido llevar mujeres a los dormitorios, te pueden castigar severamente si llegan a descubrirnos.

—No me importa. Estuve deseando tocarte por días y no pude aguantarme en cuanto te vi, si me sancionan tomaré el castigo con todo gusto— alzó sus cejas jugando.

—La parte rebelde la tenías muy escondidita Capitán Hunter, pero no quiero que tengas problemas por mi culpa.

—Deja de decir eso, eres la causante de mucho en mi vida y ninguno ha sido un problema. Jade, contigo puedo ser y hacer lo que quiera, además no tengo miedo de nada. Si me castigan que lo hagan.

—Eres temerario capitán Hunter, me gusta— comenzaron a reírse —pero aun así prefiero ir a mi casa.

—¿Pero y Greta?

—Duerme en la planta baja y a esta hora ya debe estar acostada y duerme como oso en hibérnación. Papá regresará hasta tarde, él nunca va mi cuarto.

La tomó de la mano y entrelazó sus dedos con los de ella —Como usted mande señorita Asher— le besó el nudillo y giró hacia la derecha.

Ella no pretendía meterlo en más problemas pero además quería estar con Rayder en un lugar donde se sintiera cómoda, segura y menos nerviosa de lo que ya estaba, y aunque al principio pensó en ir al departamento de él, por cuestiones de las reglas de la Base su habitación era la mejor opción.

Al llegar a la casa vieron que las luces interiores estaban encendidas todavía, Greta aún seguía despierta.

—¿Y si mejor vamos a  casa de mis papás? No están en casa y conociendo a mi madre no llegarán hasta muy tarde.

—Me sentiría más a gusto en mi casa, además mi cama es más grande que la tuya— se mordió el labio pensando en ellos en la cama. —¡Ven! Se me acaba de ocurrir una idea. Fueron hasta el patio, al árbol que divide las dos casas y donde años atrás se retaban a subirlo. —Yo entraré por la puerta y tú treparás el árbol hasta mi ventana, te espero arriba.

La hija del GeneralWhere stories live. Discover now