Capítulo 17

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El Condado de Prince George Virginia tiene una población de 2.500 habitantes, un pueblo pequeño donde no hay mucho en qué ocupar el tiempo y en el cual no se podía hacer nada sin que todos se enteraran. Una sola persona podía esparcir cualquier noticia dando pie a cotilleos mal intencionados que se esparcían como reguero de pólvora.

De ahí el refrán pueblo chico infierno grande.

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El día anterior Sandy Lu Barker salió con unas amigas a The bucket trade, esperaba pasar un rato agradable, tomar tragos y divertirse luego de atender clientes en el salón de belleza donde había trabajado por seis horas cortando cabello, haciendo manicure y aplicando tintes.

Estaba cansada y quería ir a casa, estaba a punto de levantarse del asiento cuando vio entrar a Rayder, sorpresa  fue  ver la forma que trataba y hablaba con Jade. Y  casi se le cayó la mandíbula al piso cuando tomados de la mano fueron a la pista de baile y todos los vieron bailar, reír y besarse. 

Lo que pasó entre ellos no pasó inadvertido para los que estaban en el bar y mucho menos para Sandy Lu que tenía una amiga a la que le interesaría saber lo que pasaba con la hija del general y el teniente, así que a la mañana siguiente hizo una llamada telefónica y la invitó a tomar un café para contarle lo que había visto.

Cuando Megan recibió la llamada de su amiga se citaron en Sunshine Garden Café, mientras escuchaba todo lo que Sandy Lu tenía que decirle  la ira de Megan iba en aumento y la envidia que sentía hacia Jade cobraba más fuerza.

—¡Los hubieras visto! Bailando en la pista ellos solos ¡y todos viendo su escena! Parecían tan enamorados— platicaba Sandy Lu al mismo tiempo que se miraba las uñas postizas pintadas en un color desagradable.

—Ay Sandy Lu, ¡no digas estupideces! Rayder no puede estar enamorado de la loca esa, seguro que ella se le ofreció.

—Yo solo te estoy contando lo que vi. Te lo digo Megan, si no haces algo y pronto esa te va a quita a Rayder.

—¡Sobre mi cadáver!— apretó fuerte la taza de cerámica conteniendo el coraje —esa lunática jirafa patas de pollo no va a interferir en mis planes y si Rayder no es para mí  te aseguro que tampoco se quedará con ella, de eso me encargo yo.

Megan Wagner, era hija del gerente del único banco de Prince George y una reina de belleza. Siempre ha conseguido lo que ha querido, desde niña ha sido caprichosa y ha vivido con lujos gracias a sus padres pero criándola sin valores que no fueran más allá de lo material o banal. 

No terminó sus estudios, según ella por considerarlos innecesarios, ¿para qué estudiar? Si en unos años más encontraré a un hombre que pueda darme todo lo que necesito.    Ya pensaba desde que era una adolescente.

Su tiempo lo dedicaba al salón de belleza, a salir con sus amigas y vanagloriarse de su forma de vida esperando encontrar al partido que le diera la vida que ella merecía, y pensó que lo había encontrado: guapo, con dinero, que en ocasiones saldría por temporadas largas dejándola sola para seguir su vida como ella le complaciera.

Rayder Hunter era el hombre perfecto, su carrera militar iba en ascenso y como sus madres eran amigas vio que tenía una ventaja aprovechando la oportunidad. Lo que nunca imaginó fue que él la rechazara, ella no está acostumbrada a que le dijeran que no. Así que lo siguió buscando, pues se había fijado atraparlo a como de lugar, hasta que él aceptó salir con Megan una vez más. Y una vez más Rayder la rechazó.

Cuando Jade regresó al pueblo no pensó que sería una amenaza, como todos, ella sabía también que esos dos no se llevaban bien pero al enterarse de que tenían una especie de romance la chocó y la envidia que había sentido por años hacia Jade resurgió.

La hija del GeneralWhere stories live. Discover now