30. A ver quien puede más.

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POV Rose.

El viento choca contra el casco y hace que se me mueva el pelo que sobresale de él. Las tripas me rugen y no puedo evitar posar una mano sobre mi tripa soltándome de Ryan. Cuando para en un semáforo me acerco a él y le doy unos toquecitos en el casco. Él se gira hacia mí.

-Tengo hambre.- le digo y le hago un mohín que sé que no se ve por el casco, pero aun así lo hago como una niña pequeña. Él se ríe y niega con la cabeza.

Seguimos conduciendo un rato hasta que vemos una cafetería y Ryan para. Me voy a bajar pero Ryan me lo impide y cuando baja el me da la mano y me ayuda a hacerlo, incluso me quita el casco con delicadeza. Yo solo me rio.

No hemos hablado en ningún momento sobre el beso, ni sobre que durmiésemos juntos ni tampoco sobre el enfado por parte de él. Creo que no hemos hablado de ello porque no sabemos qué decir, yo al menos no lo sé. Solamente sé que me gusta.

Entramos a la cafetería que por fuera es muy moderna pero por dentro cambia radicalmente. Nada más entrar lo primero que ves es una barra de estilo antiguo con tonos marrones, tiene una apariencia del viejo oeste. Me encanta, me parece un sitio con mucho encanto.

-¿Qué quieres tomar?- me dice Ryan sacándome de mi sueño de vaquera.

-Mmm...No sé, ¿Qué vas a tomar tú?- le pregunto.

-Creo que una cerveza, si, una cerveza.- dice reafirmándose.

-Tomare lo mismo.- le digo sonriendo.

Ryan se acerca a la barra y yo busco sitio. Elijo una mesa en una esquina para así poder tener más privacidad porque se, que es el momento de la charla. Suspiro, que pocas ganas.

Decido salir de mi discusión interna y centrarme en el chico de la barra. Su pelo moreno- como la madera de la barra-, sus ojos de un marrón avellana, tiene un perfil fantástico y con solo verle hace que me ronden mariposillas en el estómago. Parezco una niña de 15 años a punto de dar su primer beso. Veo como se acerca y yo no puedo evitar sonreír al ver como se muerde la lengua haciendo equilibrios con las manos para que no se le derramen las cervezas. Que gracioso esta. Me rio.

-¿de qué te ríes?- me dice Ryan dejando las jarras de cerveza en la mesa y sentándose.

- De nada.- le digo riéndome y mordiéndome el labio. No puedo evitarlo.- ¿A dónde has ido esta mañana?- le suelto de sopetón.

-Sabía que me ibas a preguntar.- dice riéndose.- Mi abuelo esta en esa residencia, tiene Parkinson y como mis padres viajan mucho y yo estoy en la universidad, no nos podíamos hacer cargo. Yo siempre que puedo le visito, aunque me gustaría que fuese más a menudo. Le quiero mucho.- dice bajito y pasándose las manos por la cara.

Sinceramente no sé lo que es perder a un ser querido, mi familia ha estado compuesta por mi padre, mi madre, y mis hermanos. Mis abuelos por parte de parte fallecieron antes de que yo naciese y los de por parte de madre, solo le hablan a mi madre, de los demás pasan.

Por esto mismo soy incapaz de saber cómo se siente en este momento Ryan pero sé que no es algo que me gustaría a mí. El Parkinson es una enfermedad degenerativa y ver como un ser querido se va deteriorando cada día es muy doloroso. Prefiero no preguntar por su abuela porque puedo imaginar que o ha fallecido o se separaron.

Me levanto de mi silla y desde atrás le abrazo. El coge mis brazos y los sujeta con fuerza. Yo solo le puedo decir que lo siento, y es lo que hago. El asiente y me da un beso en cada brazo. Cuando veo que esta más tranquilo me vuelvo a sentar dándole antes un beso en la cabeza.

Fraternidad mixta...¡UNA MIERDA!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora