Fraternidad mixta...¡UNA MIERDA!

37. Es el siglo XXI

Ryan decide sorprender a Rose preparándole el desayuno y así darle algunos mimos.

¡Ya es Navidad!

Los chicos decoran la casa, se disfrazan y se hacen fotos. Más tarde es el momento de las despedidas y cada uno se va a su destino navideño.

Rose iba a ir con su hermano, pero este le dice que su madre le necesitaba y el como buen niño de mama va con ella pensando que deja a Rose en una fiesta con los chicos.

Rose decide fingir que todo va bien y se coge el coche para esperar a que la casa este vacía en un bar.

La navidad está llena de sorpresas y justo Rose se lleva una. Un gatito abandonado acaba en sus brazos para pasar con ella su solitaria navidad.

Lo que no esperaba Rose era encontrarse a Ryan en casa y mucho menos a pasar de estar haciéndose cosquillas a tener sexo desenfrenado

Después de acostarse Rose lo que quiere es acurrucarse junto a Ryan pero esta se sorprende al encontrases sola en la cama y también en la casa.

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Voy al baño en busca de las malditas lagrimas artificiales, ¿Dónde estarán? No puedo abrir casi los ojos de lo irritados que los llevo de tanto llorar. Parezco una adolescente.

Ya han pasado dos días y no he tenido ni una sola noticia de Ryan, ni el tampoco mía. Esperaba que siendo el él que se fue, él debería explicarse pero no, aquí sigo con bolita y buscando las gotas.

No solo lloro por Ryan, él es solo la mitad de mi dramática vida. Mi hermano me envió una foto donde salía toda mi familia excepto mi padre y mi hermana. No sé porque me la envió, ¿quiere hundir más el dedo en la herida? Sé que él no sabe que estoy sola, pero no puedo dejar de sentirme un poco traicionada por él. En esa foto no solo está mi madre, quieras que no eso sería lo de menos, me molesta mucho más que este toda la familia. Me gustaría estar ahí, aunque tuviese que soportar a la bruja que tengo como madre.

Por fin encuentro las gotas, me las hecho y dejo que hagan su efecto mientras me tumbo en la cama con bolita encima de mi pecho. Durante estos dos días me he dado cuenta de que bolita come como una gorda, pero aun así se mantiene en su línea. Ya ha descubierto a Duffy y es muy graciosa verla intentando cogerla sin mojarse las patas.

Decido irme a la ducha para despejarme un poco y así intentar no pensar en lo sola que me siento. Busco mi neceser por el baño pero no lo encuentro, ¿Dónde lo he metido? Salgo del baño y busco en el armario, pero nada. Abro los cajones del armario, de la mesita de la noche. Por ultimo decido mirar si está en los cajones de la ropa interior. Cuando lo abro empiezo a rebuscar hasta que encuentro algo duro. Pensando que es mi neceser, lo saco y ahogo un gritito de sorpresa.

De Ryan para Rose. ¡FELIZ NAVIDAD!

Miro la caja con atención y sorpresa. Ryan me dijo que mi regalo estaría escondido en algún sitio de mi habitación. Se me olvido completamente. Sonrío por su pervertido sitio, era lo mínimo que podía esperar encontrármelo ahí.

Suspiro, ¿Debería abrirlo? Se supone que estoy enfadada con él. La curiosidad me puede y abro con suavidad la caja.

Dejo de respirar.

Saco con cuidado la pulsera de oro blanco y la observo con detenimiento. Es una pulsera muy fina con un cierre casi invisible y con unos cristales intercalados por la pulsera. Exquisita, preciosa, es simplemente maravillosa.

Vuelvo a mirar la caja y veo un papel doblado.

Las cosas cambian, los amigos se van y la vida no para para nadie. Espero que no cambies nunca y que sigas en mi vida...pero no solo como amiga.