Capítulo 32.

3.9K 63 2
                                    

Capítullo 32. Me, myself, and love.

Todavía estaba quieta, pensando en lo que Daniel me había dicho. ¿Tenía algún tipo de idea de lo qué provocaban en mi interior esas palabras? Además, eran mentira. No era perfecta, para nada. Ni de lejos. ¿Qué era lo qué debía de decir ahora? Porque si de algo estaba segura, era de que esas frases no se decían porque sí, y no las decía cualquiera. ¿Y si a Daniel le...? No, no seas creída. Pero su forma de hablar quería decir algo... ¿un sentimiento? No lo sabía.

-¿Qué... qué?

No era capaz de articular una palabra coherente... no podía simplemente contestarle... porque no sabía qué era lo que debía de decir entonces.

-Lo que has oído. Además, no sé cómo ha pasado, pero desde ayer por la mañana, cuando nos conocimos...

¿Qué? Oh, por Dios, no quería que se parase ahora. Ya sabía que apenas minutos antes, estaba llorando por la causa de Carlos, pero ahora... Una parte de mí esperaba que Daniel terminase la frase con un "no he dejado de pensar en tí". ¿Pero por qué? ¿A caso yo pensaba en él? No. Al menos hasta entonces, no. No pensaba en él como en Carlos.

-¿Sabes? Creo que eres la persona que mejor me ha entendido.

¿Qué estaba diciendo? Eso no se parecía en nada a lo que yo había esperado que me dijese, pero aún así, ¿era algo bueno, no? Oh, era un cielo. Aunque no comprendiera a qué se refería exactamente.

Se acercó a mí, y me paso un brazo por los hombros. Yo me sobresalte, pero no cambié de posición.

-Gracias, Daniel. Gracias por todo. Por venir hoy a mi cuarto, por demostrarme antes quién era Carlos en realidad, por todo. Simplemente por eso.

Me miró a los ojos, soprendido. Las palabras habían brotado de mi boca sin ni siquiera desearlo. Era mi amigo... mi amigo, de verdad. Y aunque mi mente me gritaba en estos momentos que quizás no querría conformarme con eso, lo hacía. Porque era la única persona que no me había mentido desde que habíamos llegado.

-Carlos... es gilipollas. No sé cómo pudiste dejarle que estuviera contigo... antes.

Ah, claro. Él no sabía nada. Solo la actitud posesiva de Carlos... la que había visto. Tenía razón en lo de que era un gilipollas, porque lo único que había hecho era utilizarme. Me alegraba de que no supiera que momentos antes estaba con él... haciendo más cosas que abrazarnos en el comedor.

Solo un paso.Where stories live. Discover now