Capítulo 77.

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  • Dedicado a Tamara~
                                    

Capítulo 77. Paying my dues to the dirt.

Me llevé la mano a la cara. Adiós. ¿Qué había dicho Axel? Oh, no. Definitvamente esto no iba a ser bueno. Primero, que la escena era bochornosa. Segundo, ¿qué narices le había impulsado a llamar "subnormal" a Carlos? Joder Axel, si es que se las ganaba él mismo.

Carlos apretó los puños tras de mí, y me pegó más a él, en gesto de posesividad. Luego me dejó un beso en el cuello, y me apartó lentamente de su lado. Yo respiré hondo tres veces, hasta que conseguí calmarme. Las palabras salieron atropelladas de mi boca.

-Yo... Esto... no, Axel. No interrumpes nada.

Oh, por supuesto que había interrumpido... Si no hubiese llegado a ser por él,.. Y encima era la causa de que Carlos y yo nos hubieramos enfadado antes. Aunque no se llevaba toda la culpa, porque yo tampoco era una santa.

Axel esquivó a Carlos, entrando en el cuarto, y cerró la puerta. Luego se dirigió hacia mí. Pero bueno, ¿quería que lo mataran? Es que era un instinto suicida. Carlos se giró hacia él, perceptivamente muy enfadado. Demasiado, quizás.

-¿Este es tu novio, Bianca? ¿El qué no te quiere llevar al baile? ¿Carlos? Vaya pedazo de...

Carlos le dio un puñetazo en el hombro antes de que pudiese terminar. Y tan fuerte que se tuvo que apoyar en la pared. Axel le dió una patada a Carlos como pudo, pero éste le volvió a asestar un fuerte golpe en el ojo. Tanto Carlos como Daniel cayeron al suelo, y empezaron a pegarse golpes. Los dos, a la vez. En igualdad de condiciones.Reaccioné minutos más tarde, aún incrédula. Mierda, se iban a matar, ¡joder!

En un acto instintivo, me pusé en medio de ellos como pude cuando lograron levantarse, y agarré a Axel, que era el que estaba más cerca. Impidiéndole que volviera a la pelea. Él solo me miró extrañado, y luego a Carlos con furia. Carlos se volvió a acercar a él con intención de pegarle, aunque se detuvó; y se limitó a arrancarme de su lado. Y entonces pude observarles mejor. ¡Tenían la jodida cara llena de sangre! ¡Los dos!

Me giré hacia Carlos. Estaba malditamente destrozado, tenía la ceja partida, y el labio roto por un lado. Axel... no se quedaba atrás; tenía una brecha en la frente, y el ojo jodidamente hinchado. ¿Por qué narices los tíos no podían actuar como personas adultas alguna vez en su vida? ¡Es que eran jilipollas!

Carlos me atrajó más hacia él, y juntó sus labios con los míos con fuerza, en un beso cargado de hierro por la sangre que emanaba de su boca. Yo solo quería separarme, no quería estar con él... ahora; pero él no me dejaba, me tenía aprisionada entre sus brazos. Intenté apartarló de mí, pero no dió resultado. Y yo solo quería empezar a llorar.

De repente, y tal y como había ocurrido la vez anterior con Daniel, Axel salió de la habitación dando un portazo. Y solo entonces Carlos me soltó. Yo suspiré, agitada, y le pegué una bofetada en la cara. Me importaba una mierda si ya estaba herido, pero no tenía ningún derecho a hacerme eso... en ese momento. No tenía ningún derecho a demostrarle a Axel nada, simplemente porque como él había dicho, "ya no estábamos juntos".

-Eres un idiota, Carlos. ¿Qué vas a hacer la próxima vez? ¿Mearme encima para marcar mejor tu territorio?

Me miró silencioso, y luego soltó un suspiro. No me importaba haberme tragado algo de su sangre mientras me besaba. Ya no me importaba nada, porque esto había llegado demasiado lejos. Solo podía verle la cara, y querer llorar con fuerza. No paraba de sangrar.

Intentó abrazarme, pero lo esquivé rápido. No quería ni que me tocara. Quería que inmediatamente se fuera a lavarse eso, a ponerse una venda, o a lo que fuera. Pero ya. Por lo que yo sabía, tendría que haber dejado de sangrar hace un rato.

-Tenemos que cortar la hemorragia. Vamos a la enfermería.

Estaba perdiendo la paciencia. Como no se fuera ya iba a tenerle que llevar yo a rastras... y que creyera, que no me importaba lo más mínimo. No iba a permitir que muriese desangrado... teníamos una charla por delante todavía.

-No, joder. Nadie me puede ver así, no quiero que vean que un hijo de puta me ha partido el labio.

Estampó su puño contra la pared, por segunda vez. Aunque no sangro por esa zona ahora. Y yo terminé de perder los estribos, cuando me lancé sobre él y le pegué otra bofetada. ¿Es qué era broma? Había que ver cómo estaba, ¿y no quería ir a la enfermería solamente por su jodida estupidez de que no le vieran?

-Ah, así que todo esto es por tu reputación, ¿imbécil? ¡Qué te mires, joder! ¡No paras de sangrar!

Le fui a pegar de nuevo, superada, pero él me agarró el brazo, y me miró a los ojos. Y me desarmó, de nuevo. No podía ser tan terco, tan jilipollas, tan psicótico manipulador, tan imbécil, tan... y que le siguiera queriendo como antes. No, eso no podía ser así, pero lo era.

-Saca el vozka.

Señaló debajo de mi cama, y yo me quedé quieta. ¿Qué acababa de decir? Venga, ¿pretendía emborracharse o algo? ¿Ahora? No, estoy debía de ser una jodida broma. Pero me seguía mirando impenetrable, y con su rostro completamente serio.

-¿Lo dices en serio, Carlos?

Él asintió con la cabeza, y yo obedecí, tal y como lo hubiera hecho una idiota. Me sentía impotente, y estaba completamente contarriada en ese momento. Yo quería a Carlos, demasiado, pero no iba a soportar que tuviera ese tipo de peleas nunca más. Porque alguna vez, Dios sabe si acabaría mal de verdad.

Agarré la botella, y me acerqué a él para tendersela. Carlos solo la abrió, y pegó un sorbo tras otro. Así, mientras le miraba atónita. Si, estaba subnormal. Pensé en arrebatársela, porque no podía estar bebiendo sin control, pero él mismo la apartó en instantes, y la puso en mis manos. Yo me quedé quieta, y le observé, inexpresiva. No sabía lo que quería.

-Bianca, escucha. Tienes que echármelo por las heridas. Actuará como alcohol normal, no te preocupes. Solo... hazlo... ya.

Respiré hondo unas cuantas veces. Eso era una decisión estúpida, no iba a funcionar, y probablemente solo obtuviese más dolor de ello. Pero no podía negárselo, en aquellas condiciones. Así que le agarré la cara con una mano, y con la otra le fui dejando chorros de vozka. Debía quemar como el diablo, pero él solo se limitaba a soltar suspiros, muy bajito.

Cuando me pareció terminar, cerré la botella, y la deje en su sitio. Luego le miré interrogante, y me senté en mi cama. No podía controlarme más, debía decirle lo que pensaba. Acerca de toda esta mierda.

-Carlos, eres un maldito estúpido, un terco, un anormal, un egocéntrico, un egoísta, un posesivo, un ególatra, un egocéntrico.

Se limitó a sonreír nuevamente, y rodé los ojos. ¿Qué narices... Le hacía tanta gracia? ¿Se estaba riendo de mí? Joder. Estaba enfadada con él, muy muy enfadada. ¿Qué coño le pasaba por la cabeza para hacer semejantes estupideces?

-Repites mucho la palabra "ego", ¿no crees? Ven aquí.

Me hizo una señal con el dedo, pero yo negué con la cabeza, quedándome dónde estaba. Él se acercó a mí, y me intentó abrazar. No le dejé. Teníamos que hablar... Y esta vez seriamente. Esto no podía volver a repetirse. Eran peleas estúpidas, e infantiles; pero que podían acabar convirtiéndose en verdaderas y malditas catástrofes.

Hice cómo si no hubiese oído nada al respecto, y miré hacia abajo. Necesitaba hablar, y sabía que me desarmaría en cuanto fuese capaz de mirarle a la cara. Porque ese era el efecto que tenía en mí la mayor parte del tiempo.

-¿Pero si te hubiera hecho daño... de verdad?

Carlos soltó una carcajada, y por un momento tuve ganas de dejarlo todo. De irme de ese jodido cuarto, y de dejar a Carlos. Y me importaba una mierda si le quería o no, porque una parte de mí en este mismo instante quería matarlo.

Apoyó sus brazos en mi cintura, y me acercó a él. Y la jilipollas de mi personalidad aceptó su invitación, e hizo que pusiera los ojos en blanco. Estaba perdiendo la paciencia.

-Bianca, quiero que sepas algo. Axel nunca me hubiera hecho daño "de verdad". Nadie puede hacerlo.

Solo un paso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora