Vete por favor

Capítulo 26

El señor Mitchell permanece en silencio sin saber cómo realmente comenzar a relatar esa larga historia, Chloe nota que el está demasiado nervioso así que quizás ellos deban tener un momento a solas.

—Los dejare solos —ella comienza a levantarse pero el padre de su novia la toma del brazo deteniéndola.

—Eres la novia de mi hija, ya eres parte de nuestra pequeña familia así que quiero que te quedes —ella obedece y se vuelve a acomodar, Beca le sonríe a su padre por esas lindas palabras.

Ella había escuchado muchas veces como alguien a quien le gustaba una persona de su mismo sexo sufría por las malas reacciones de sus padres al saberlo, el rechazo y la opresión por el tema; pero saber que su padre lo ha tomado muy bien es algo que aún le cuesta creer.

—Solo pido que no me juzguen, por favor —ambas mujeres asiente en silencio.

—Mira Becky, no me preguntes cómo, pero yo desarrollé el don de ver fantasmas cuando era un adolescente. Nunca se lo dije a nadie por miedo a que creyeran que estaba loco —el hecho de que la dj escuche con atención no evita que se cuestione algunas cosas.

—¿También tuviste que golpearte para poder desarrollarlo? —se atreve a preguntar.

—No, un día solo comencé a ver fantasmas. Simplemente ignoré que podía verlos, después de un tiempo me acostumbré —mediante más cuenta sobre él, más se relaja.

—¿Entonces solo ignoró esa parte de su vida? —cuestiona Chloe.

—Así es, los fantasmas no sabían que yo podía verlos así que eso me facilitó todo. Todo estaba bien hasta el día en que conocí a tu madre —al escuchar la mención de ella el corazón de la castaña da un vuelco, toma la mano de Chloe y la aprieta para sentirse segura.

—¿Mamá? —es muy extraño mencionarla.

—Si, ella perdió a su hermano. Y yo lo podía ver después de su muerte, por lo cual le conté mi secreto a tu madre, al principio creyó que estaba loco pero poco a poco me fue creyendo y después de un tiempo éramos ella, él y yo. —hace silencio.

—¿Qué pasó luego? —pregunta para animarlo a continuar.

—Tu tío fue ubicado en una casa muy lejos de nosotros, dos meses después tu madre se dio cuenta de que estaba embarazada. Cuando naciste fue lo más bello que nos pudo pasar, todo era tan perfecto pero... —él baja la mirada.

—¿Pero? —la castaña parece una pequeña niña que está escuchando el cuento más fascinante en su vida, solo quiere escuchar el resto de la historia.

—Pero cuando cumpliste ocho años, comenzaste a hablar con tu amiga "imaginaria" —el hace comillas con sus dedos. —Resulta que no era imaginaria era tan solo una pequeña fantasma.

—Pero pensé que solo los fantasmas adolescentes y los jóvenes adultos éramos los únicos que vagábamos por la tierra, no los niños —interrumpe Chloe.

—Así es, pero la pequeña se había perdido y al lado de Beca se sentía como en casa, tu madre comenzó a sospechar que tenias el don. Fue difícil pero tuve que encontrar una forma de que la pequeña se marchara.

—¿Porque se lo ocultaste a mamá? —es ilógico pues si se supone que su madre había aceptado que su padre podía ver fantasmas, no debió haber existido la necesidad de que ocultaran que ella también podía verlos.