Capítulo 34

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—¡Beca! ¡Emily! —entra a la casa gritando con desesperación.

—Papá —la pequeña corre a abrazarlo, él le corresponde el abrazo mientras observa su casa destruida —¿Qué es lo que ha pasado?

La llamada de su hija mejor lo preocupó tanto que enseguida dejo su trabajo para ir a su casa y ver que sus hijas estén bien.

Espera una respuesta pero su hija menor solo se limita a abrazarlo y es por eso que él rompe el silencio.

—¿Dónde está Beca? —la pequeña señala hacia las escaleras. Su padre se aleja del abrazo y corre en busca de su hija mayor.

Él siempre ha tenido ese dote sobre protector pero no es como el de cualquier padre, ya que como su hija es especial por su don de ver fantasmas el debe tratarla de forma especial.

Por ejemplo: cuando salía a la calle debía evitar que hablara con fantasmas porque incluso las personas normales podían hacerle daño. El señor Mitchell siempre temió que si alguna persona se daba cuenta de lo que su hija podía hacer la alejarían de él y la estudiarían como si fuese una rata de laboratorio. Él siempre hizo todo para cuidarla y que así no saliese lastimada pero al verla ahí en el suelo de su habitación llorando mientras abraza sus piernas se da cuenta de que ha fracasado.

—Becky —no sabe con certeza lo que sucedió, pero ese mar en su mirada no pronostica cosas buenas.

—Se ha ido. Esta vez sí la he perdido papá —en alguna otra ocasión se abría sentado y la hubiese abrazado muy fuerte hasta que se calmara diciéndole que todo estaría bien. Pero no hoy, porque no permitirá que su hija sufra más y de todas formas las cosas no siempre están perdidas.

—Levántate Rebeca —ordena él de forma autoritaria.

—Pero... —intenta protestar.

—Levántate —ella aún sollozando se pone en pie. Sabe que su hija necesita un fuerte abrazo pero eso no pasará esta vez. —Toma tu teléfono y llama a tus amigos o a alguien que pueda saber algo de lo que ha pasado.

—Ya la he perdido. Ya de nada sirve —él niega ante las palabras de su hija y ella prefiere no discutir. Busca en la habitación el paradero de su móvil ya que tiempo atrás lo lanzó contra la pared. Cuando lo encuentra nota que en realidad no se ha dañado, lo cual es un alivio.

Ellos bajan y junto Emily se reúnen en la cocina. Beca llama a las aca-fantasmas y también a Jesse. Después de quince minutos todos comienzan a llegar.

—Creo que ya llegaron —informa la más pequeña de la familia, al escuchar el sonido de dos autos acercándose. Ella camina con dirección a la puerta principal.

—Hija solo quiero que pienses de forma razonable y que luches por lo que quieres —le pide el señor Mitchell, que se encuentra al lado de su hija en la cocina.

Ella aún solloza pero poco a poco las lágrimas han cesado, lo único que desea es que su padre la haga sentirse protegida, como siempre cuando tiene problemas y le desconcierta un poco que no lo esté haciendo en ese momento.

Pero para el señor Mitchell su planes son otros, porque el consolar a su hija es solo la muestra de que ella está intentando superar lo que ha pasado, pero Chloe le agrada demasiado y nunca es muy tarde para intentarlo.

Y el, "intentar superar algo" es sinónimo de darse por vencido al menos en esta ocasión. Y él no permitirá que Beca haga eso.

Es lo mismo que pasó hace algunos años atrás, cuando su esposa decidió abandonarlo; él bien pudo superar el dolor que eso le causó y alejarse completamente del amor por miedo a ser herido otra vez, pero no lo hizo decidió arriesgarse y ahora es feliz de nuevo con Sheila.

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