Capítulo 32

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Vuelven a casa de los Mitchell, la dj va con su padre en su auto y Emily con su madre en el de ella.

Las cosas no se ven nada bien. Los padres están nerviosos y las hijas molestas. La noche es joven pero con todo lo que tienen que aclarar seguro no dormirán nada.

El silencio en ambos autos es aterrador, el peso de la incomodidad se puede sentir en cada pequeño espacio.

Ambos autos estacionan frente a la casa, uno al lado de otro. Todo bajan y entran, el silencio es tan grande que incluso se pueden escuchar sus respiraciones y cada paso que dan sobre el piso de madera es escuchado a la perfección. Beca toma asiento en el sofá y Emily la imita.

—No puedo tolerar que ambas se comporten como lo hicieron esta noche —regaña Max, tratando de intimidarlas.

—¿Nosotras? Ustedes nos ocultaron que teníamos una hermana —responde la dj furiosa, discutir con su padre es su especialidad. La pequeña castaña se encuentra en silencio un poco arrepentida por portarse mal, ella nunca ha hecho algo así pero el ver a su hermana llevar la contraria la anima a imitarla.

—No puedo creer que me lo ocultaras mamá —reprocha Emily, ella intenta parecer molesta pero su voz la delata dando a conocer que está dolida.

—Emily yo... —por más que lo piensa, Sheila no encuentra las palabras para disculparse. Pues nunca le ha mentido a su hija y haberle guardado ese secreto es algo que la estuvo destrozando por mucho tiempo. Sabe que los acontecimientos del fin de semana en cuestión no fueron adecuados en su hija pero siente que le han arrebatado un gran peso de encima por no guardarle más secretos.

—No les dijimos porque creímos que aún no estaban preparadas. Solo intentábamos protegerlas —su voz cada vez se eleva más. Y ha pasado de ser una discusión tranquila a un completo descontrol emocional.

—¿Preparadas? ¿Y cuando nos lo dirían? ¿En un mes? —Beca se pone de pie y camina por la habitación tratando de calmarse.

En ese momento justo, la pelirroja baja por las escaleras, ella se había quedado en casa para evitar ver los resultados de la desastrosa cena y los gritos son tan fuertes que incluso la han despertado.

El señor Mitchell lo nota y de inmediato le hace una señal disimulada pidiendo que intente calmar a Beca.

—Ustedes nos han mentido todo este tiempo y... —pero sus palabras son interrumpidas por un repentino cuerpo que ha aparecido frente a ella obstaculizando su visión.

—Cariño, deja esta discusión y acompáñame a dormir ¿quieres? —Chloe toma el rostro de ella entre sus manos y la obliga a mirarla a los ojos.

Como es de costumbre al ver esas preciosuras azules, ella se relaja. Su furia se ha marchado.

—¿Sabes que Mitchell? Ya no importa, ya no quiero discutir. Además ya comprobé que no confías en mí —esas palabras hieren los sentimientos de su padre, pero conoce como es su hija así que no debe tomarle mucha importancia, además él también falló al no decirle. Pero si no lo hizo es porque no estaba preparado, tenía miedo de que su hija se enfadara, justo como lo está haciendo ahora, y perderla.

—Buenas noches hermanita —la dj juega con el cabello de la quinceañera y luego se dirige hacia las escaleras tomada de la mano de su novia.

—¡Esperen! Beca es mi hermana y no quiero volver a casa contigo. Me quedaré aquí —Sheila parece admirada por la rebeldía de su hija. En primera porque ella siempre ha sido de las personas calladas que solo se limitan a asentir.

—No señorita, tú volverás a casa conmigo —otra discusión está por comenzar.

—Esta bien. Puede quedarse, mi casa es también ahora la suya. Te daré una de mis camisetas y podrás dormir en la habitación de invitados —dicho esto, Beca se marcha a su habitación.

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