Capítulo 1

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Staten Island
14 de noviembre 2012.

Elina.

Los mismo hombres que me había traído a la mansión de los Cohen fueron los mismos que me arrastraron dentro de ella caminando conmigo forcejando pero eso no les impidió seguir con su trabajo, eran mucho más fuertes que yo y el dolor de mi cuerpo por aquella forma en como me entrenaban para ser como ellos me impedía seguir luchando con su fuerza, se detuvieron delante una puerta doble que abrió uno de los hombres sin soltarme.

-Señor Cohen.

El hombre de ojos azules se giro mirándome, hizo un asentamiento con su cabeza y los hombres me dejaron en la habitación sola con aquel hombre que parecía un lobo listo para atacar a su presa.

-Elina Archer.-sonrió acercándose a mí, acarició mi mejilla con sus nudillos.

Retiré la cara sintiendo el corazón golpeando con fuerza mi caja torácica, me tomo de la mandíbula con fuerza enterrando mis dientes en la carne blanda de mis mejillas.

-He sido muy paciente contigo por el respeto que se merecía tu padre.-recorrió con su nariz mi mentón.

-¿Tanto respeto le tenías que mataste a su familia?-la ira subió por mi garganta- tú no tienes respeto ni por tu madre.

A penas termine la frase su mano abierta abofeteo mi mejilla entumeciéndola de inmediato, podía sentir un hilo de sangre colgar de mi labio inferior.

-De rodillas.

Me negué con los ojos llenos de lágrimas.

-Te di una orden.-me tomo del cabello con fuerza- yo ordenó y tú obedeces.

Enterré mis uñas en su muñeca tratando de que me soltará pero el ejercía la suficiente fuerza para que mis rodillas fallaran y cayera de rodillas ante él.

-Vete a la mierda, te odio Eric Cohen a ti y a toda tu maldita familia.-escupí cada palabra con rabia.

Sonrío, una sonrisa turbia.

-Haremos esto a las malas entonces.-me soltó.

De reojo lo mire abrir un cajón de su escritorio sacando una jeringa con un líquido dentro, se acercó a mí quitando aquel plástico que protegía a la aguja.

-No, no, ¿Qué haces?-trate de retroceder.

Con fuerza me sometió dejándome inmóvil contra su escritorio dejando mi brazo extendido, no le fue difícil encontrar una vena para clavara la aguja dónde inyectó el líquido.

-No, no, no.-lo mire temblorosa.

Aquella droga no tardó en hacer efecto dejándome en el limbo, mi cuerpo dejo de sentir casi por completo y mi mente comenzó a alucinar con mi familia muerta, los ojos se me cubrieron de lágrimas mirando a mi padre recargado en la pared con los brazos cruzados.

Ayúdame

Las manos de Eric recorrieron mis muslos dejando mi culo expuesto después de deshacerse de las prendas que me cubrían de la cintura para abajo, enterré mis uñas en las palmas de mis manos queriendo defenderme pero mi cuerpo no reaccionaba, la droga me había dejado inmóvil.

¡Ayúdame papá!

Mi cuerpo se comenzó a mover por las estocadas del hombre que poseía mi cuerpo como si se tratara de un pedazo de carne, no tuvo piedad y yo sentía como mi sexo se desgarraba con cada penetración.

Papá seguía en la misma posición mirándome fijamente, apreté los ojos con fuerza escuchando mis propios sollozos que comenzaban a ahogarme, mamá apareció con su vestido coral manchado de sangre por los disparos que había recibido.

Mi niña.

Mi cuero cabelludo ardió después de un rato de que Eric jalara mi cabello con fuerza, gruño en mi oído y cuando sintió que estaba llegando al clímax salió de mí obligándome a ponerme de rodillas para follarme la boca, las lágrimas me impedían ver aquella escena que estaba viviendo.

-Bien hecho.-escuche a lo lejos.

Caí al piso echa un ovillo abrazando mis rodillas sintiendo dolor en mi parte íntima, la droga en mis venas no me dejaban sentir por completo y analizar lo que realmente acababa de suceder, me mantuve ahí tirada en el piso siendo humillada por Eric Cohen.

Dulce Infierno ©Where stories live. Discover now