Capítulo 46

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24 de enero 2015.

Elina.

Me removí en la cama sintiendo el otro lado vacío así que abrí inmediatamente los ojos para confirmar que estaba sola en la cama, me incorpore apoyándome sobre mis codos mirando a Klaus salir del baño con una toalla alrededor de su cadera y las gotas de la ducha mojando su espalda.

–¿Te vas?–fue lo primero que dije.

Me miró con una sonrisa en los labios acercándose a la cama para peinar mi cabello y besar mi frente.

–Tengo un poco de trabajo, no pretendía despertarte.–acuno mis mejillas.

Guarde silencio cerrando los ojos cuando una gota de su cabello cayó en mi cara, escuché su risa y más gotas de agua me mojaron cuando sacudió su cabeza.

–¡Klaus!–me reí.

–Dime amor.

Su cuerpo aprisionaba el mío contra el colchón pegando su piel con mi piel, abrí los ojos observando sus ojos azules.

–Te amo.–murmuré acariciando su cabello.

–También te amo nena.–se inclinó tomando mis labios.

Profundice el beso moviendo mi cadera para deshacerme de la sábana y rodear su cadera con mis piernas empujándolo con mis talones para pegarlo más a mi cuerpo.

–¿Tienes hambre?

–Muchísima.–dije esperando a que entendiera mis intenciones.

Beso mis labios cortamente.

–He pedido el desayuno.–se levantó de la cama.

–No me refería a eso.–me incorpore en la cama.

–Lo sé.–se burló– tengo trabajo.

Hice morritos, se quitó la toalla y metió sus piernas dentro de un boxer que le quedaba bastante bien.

–Puedes ponerte alguna camisa mía, no saldremos en un rato.–ofreció.

Asentí con una pequeña sonrisa observando como terminaba de vestirse con un short deportivo y una playera antes de besarme y salir de la habitación yendo a la sala.

Me deje caer en la cama soltando un suspiro sintiendo las dichosas mariposas en el estómago, mordí mi labio inferior girando mi cabeza hacia mi celular que notificaba un mensaje.

Lo tomé mirando que era un correo electrónico por parte de Eric, desbloqueé mi celular y entre al correo saltandome el mensaje para abrir el archivo adjunto.

Deje de respirar un momento al mirar que era lo que había mandado, podía escuchar mi corazón latiendo con rapidez y la sangre recorrer mis venas en tanto leía la invitación de nuestra boda.

Bloqueé la pantalla levantándome de la cama para ir a la ducha con un nudo en el estómago que fue incapaz de desaparecer con el agua helada que mojaba mi cuerpo tenso, apreté los puños sintiendo mis uñas encajarse en las palmas de mis manos.

Tome una playera de Klaus del closet colocando solo unas bragas debajo, salí de la habitación para ir a la sala mirando el desayuno en la mesa de centro, me detuve jugando con el dobladillo de la playera.

–¿Has recibido el correo?–dije ocho milésimas más bajo.

Esperaba ver furia en sus ojos pero su mirada fue la misma que me había dado al despertar, estiró su brazo indicando que me acercará.

–Ha cambiado la fecha.–me senté en su regazo.

–Lo sé.–me abrazo– ¿Estás bien?

Sentí como todo dentro de mí se encogía.

Dulce Infierno ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora