Capítulo 30

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01 de diciembre 2014.

Elina.

El mes de diciembre había comenzado y tal como lo había pedido Klaus deje que se encargará de la captura de Xavier Cohen manteniendo la cabeza fría, Kara parecía haberse recompuesto de aquel suceso pero al igual que yo no esperaba el momento para deshacerse de él.

Llame a su puerta antes de abrirla mirando a Ethan que se había alejado de la cama como si los hubiera pillado en algo inaceptable, los últimos cuatro días ellos dos habían tenido una cercanía muy notoria pero eso era asunto de Kara.

–Ire con Klaus a trabajar, llámame si necesitas algo.–le sonreí desde la puerta.

–Gracias.–dijo con las mejillas sonrojadas.

–Nos vemos.–me despedí.

Hizo un movimientos con su mano despidiéndose y yo salí de ahí yendo al lobby enviándole un mensaje a Theo para que tuviera el coche listo; adoraba diciembre, era el único mes en todo el año en el que Eric no nos hacía trabajar lo que significa que no lo vería por unos cuantos días por lo menos.

–¿Hacía dónde señorita?–dijo detrás del volante.

–Theo ya te he dicho que puedes llamarme Elina.–suspiré.

Me miró por el espejo retrovisor mientras asentía.

–Con el señor Schwarz.–dije con una media sonrisa.

Saque de mi bolso mi celular mirando las notificaciones de mensajes de parte de Elle.

Danielle.
Eric dice que quieren que me encargue de la boda ¿es cierto?

Mire mi mano quitándome el anillo para guardarlo en un bolsillo interior de la bolsa.

Danielle.
Tengo demasiada idea.

Danielle.
Estoy muy emocionada :D

Danielle.
Tomaré tu silencio como un si.

Suspire aún con el celular en la mano, estaba comprometida hace a penas un mes y medio y no veía la necesidad de comenzar con los preparativos de algo que nunca iba a suceder.

Elina.
Claro que sí Elle, avísame cualquier detalle. ;)

Luka me recibió en la entrada del hotel regalandome una sonrisa sin mostrar los dientes tratando de ser amable, en el ascensor me sentí ansiosa por ver a Klaus desde aquel día en el aeropuerto las cosas iban demasiado bien entre nosotros.

–He llegado.–dije al entrar a la suite.

Deje mi abrigo y mi bolso en el respaldo del sofá yendo en busca de Klaus encontrandolo en el pequeño balcón que tenía la suite, se giro hacia mí haciéndome una seña de que lo esperará un momento pero yo solo pude recorrerlo con la mirada.

Portaba una camisa polo de color blanca, unos pantalones ajustados color azul marino y unos zapatos cafés, mordí mi labio inferior cuestionandome si podría mantener las manos quietas.

–Bien, no lo pierdan de vista.–colgó.

Me acerque a él acariciando sus músculos brazos.

–Eres un pecado andante.–murmuré.

Sonrío de una forma encantadora que hizo que las piernas me temblaran.

–¿Soy el culpable de que seas una pecadora?–dijo con tono sensual.

–Eres totalmente culpable.–le seguí el juego.

Bajo sus manos a mi cintura pegandome a él dejando nuestros rostros rozándose.

Dulce Infierno ©Where stories live. Discover now