Capítulo 45

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Advertencia: Este capítulo contiene escenas +18 sino quieres leerlo puedes pasar al siguiente capítulo, no afecta la historia.


21 de enero 2015.

Elina.

Abrí la puerta de la suite y me deshice de mi abrigo quedando solo con el vestido gris de tiras que me había decidido poner, deje mi bolso en el sofá y el abrigo en el respaldo para ir en busca de Klaus que se encontraba en la cocineta comiendo fresas.

–Hola.–bese su mejilla.

Dejo el tazón con fresas a un lado para sujetarme de las mejillas y besarme probando el dulce sabor que le habían dejado las fresas.

–Hola nena.–se acercó a la nevera– ¿Quieres?

Agitó el bote de crema batida y le hecho a una fresa que acercó a mis labios, sonreí mordiendo la fresa bajo su atenta mirada que hizo que todo mi cuerpo se erizará.

–Abre la boca.–demandó.

Abrí la boca sintiendo como ponía una cantidad de crema batida dentro, pude sentirlo como el acto más sensual en ese momento que al momento de tragar tuve que evitar jadear.

Me tomó de la cintura levantándome del piso para sentarme en la pequeña barra de la cocineta, se metió entre mis piernas tomando otra fresa para hacer lo mismo de hace un momento.

Mi pecho subía y bajaba con irregularidad en tanto miraba como su lengua recorría su labio superior quitando los restos de crema batida, acercó otra fresa a mis labios trazando el contorno de ellos con la punta de la fresa.

–Abre.–su voz sonó ronca.

Metió solo la punta y mirándolo fijamente hice mi cabeza hacia adelante metiendo toda la fresa a mi boca rozando con mis labios sus dedos.

–Deliciosa.

Sonrío con sus ojos brillando con deseo, sus manos comenzaron a recorrer mis piernas deteniendose en el borde de mi vestido que tomo subiendolo con lentitud hasta mi cintura, su sonrisa se engancho cuando miro mi tanga que era una de las que había comprado en Alemania.

Su mano se poso en mi espalda baja empujándome para pegarme a su cuerpo sintiendo su masculinidad haciendo presión en mi entrepierna, enrollo su mano en mi cabello tirando de él haciendo mi cabeza hacia atrás y comenzó a repartir besos por mi cuello bajando a mi clavícula lamiendo donde se marcaba el hueso, sentí sus uñas en mis hombros tomando las tiras del vestido que bajo liberando mis brazos de ellos.

El trozo de tela quedó envuelto en mi cintura dejando mis senos libres que de inmediato fueron amasados por las grandes manos de Niklaus, su lengua envolvió mi pezón y sus labios tiraron de el poniéndolo erguido.

Dulce Infierno ©Kde žijí příběhy. Začni objevovat