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 La presión que recibe el padre del paciente Francisco Azul, por parte de sus familiares para que firme la orden y así se le desconecte del respirador artificial, lo abruma y le declara la guerra a sus parientes, que no logran comprender su desconsuelo. ¡No sé qué es peor para Azul en estos momentos!, si dejarlo ir o seguir dándole la oportunidad de que reaccione a los procedimientos médicos que les aplicamos para que continúe con vida. En contadas ocasiones, desde su ingreso al hospital, su padre asegura que ha movido sus extremidades superiores; los dedos de sus manos.

 Sigo aferrándome a la idea de que las palabras expresada por el señor Azul sobre su hijo son ciertas y no alucinaciones por este afianzarse a la esperanza de querer continuar viendo a su hijo conectado al respirador artificial. He leído muchos artículos sobre personas que han asegurado lo mismo, pero cuando aplicamos el triage los resultados arrojan todo lo contrario y no hay señales de respuesta en el encéfalo. Pero seguimos con el dilema jurídico, Francisco Azul dejó un poder firmado donde estipula que si queda en coma o no hay señales de vida, se le desconecte en el día 20 para que sus órganos puedan salvar vidas. Su padre sabe que tiene los días contados en revocar ese documento mediante un juez que logre entender su situación y se ponga en su lugar de padre.

 El papá ha hecho todo lo posible sin obtener resultado alguno, y en los decimoctavo días que lleva el paciente en el hospital ha querido que le prometa que no se le desconectará de la maquina que lo mantiene con vida hasta que él logre revocar el documento. Personalmente no puedo acceder a esa petición porque no soy Dios, quien es el único con el derecho de dar la vida, pero le digo que haré todo lo que esté en mi alcance para ayudar a su hijo.

 Personalmente no puedo acceder a esa petición porque no soy Dios, quien es el único con el derecho de dar la vida, pero le digo que haré todo lo que esté en mi alcance para ayudar a su hijo

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 La condición del paciente Azul, ocurrió tras este participar en un ensayo clínico a base de cannabis para un laboratorio europeo llamado ¨Laboratorio Clínico LAMA¨ con su central en Santiago de los Caballeros, ciudad donde está nuestro hospital. Este laboratorio llevó a otras víctimas a la misma situación, pero sus familiares les desconectaron día después para realizar una demanda colectiva a la farmacéutica y así cobrar una cuantiosa suma de dinero.

 La madre de Azul lo asea junto a su padre, ambos se ayudan, pero no se dirigen la palabra, la rabia que siente la madre al ver a su hijo postrado en esa cama, a sabiendas de que no hay señales de vida para su retoño, la frustran al no lograr que se desconecte a su hijo para que pase a un lugar mejor, sin sufrir como ella cree que lo está haciendo ahora, mientras el dilema del padre es que se le permitan otros días más agotada la prórroga del documento y que de esa manera su hijo por medio de un milagro se incorporará de esa cama.

Anatomía de HENRYWhere stories live. Discover now