7| Ideas descabelladas

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7| Ideas descabelladas

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7| Ideas descabelladas

—¿Crees que hay alguna forma de convencer a la familia Berlusconi de ir solo yo al viaje? —Le pregunto a Rose tres días después, cuando Damian baja a hacer las compras del día y nosotras decidimos escabullirnos en mi habitación para poder charlar con privacidad.

Estoy decidida a seguir adelante con mis planes, sé que no va a ser tan sencillo como lo había pensado, honestamente estoy un poco asustada, sin embargo, ahora tengo en el pecho una sensación de determinación que antes estaba apagada.

—Puede que si hables con ella logren llegar a un acuerdo, quizá hay algún chico Aupair disponible que acepte viajar de imprevisto.

La laptop descansa sobre mis rodillas y mis ojos escanean una y otra vez diversas páginas de Aupairs buscando algún chico de mi franja de edad, con buenas recomendaciones e interesado en Italia que logre aceptar el viaje.

—Aunque no lo sé, los Berlusconi pidieron específicamente una dupla de hermanos o pareja de hombre y mujer que estuvieran interesados. Siempre es más seguro para todos cuando los niñeros ya se conocen y tienen trato. —añade.

—Lo sé. Y es una lástima que no me hayas enseñado a amar de forma poligámica —Me quejo. Un perfil ocupa un tercio de mi pantalla y llama mi atención.

«Michael Pierce, residente de Carolina del norte y recomendado por cuatro familias de acogida: Uruguay, Uganda, Reino Unido y Francia. Interesado en viajar al norte de Italia» Con suerte y un milagro podría llegar a contactarme con él para convertirlo en un buen candidato.

—¿Por qué no mejor cambias de familia y le dejas esta oportunidad a otra dupla de Aupairs? — ofrece, pero a pesar de que esa es la opción más razonable para todos, niego.

—Los Berlusconi viven cerca de Florencia y a 350 kilómetros de la ciudad de Candeli. En un fin de semana libre podría ir y venir de vuelta, además es la única familia de acogida que reside en un lugar cercano a donde nací y dudo encontrar a otra que se ajuste tanto a lo que yo necesito. No puedo perder esta oportunidad —Alzo la vista fijándola en sus ojos esperando que de esta forma logre comprenderme—Lo necesito.

—Es un viaje que dura mucho tiempo.

—Verás que en un a abrir y cerra de ojos estaré otra vez aquí. —prometo, con ese comentario consigo que me dedique una mirada de soslayo y acaricie mi mejilla con cariño.

Sabe que no me hará cambiar de parecer y por esas razones termina saliendo de mi habitación para dejarme seguir con el trabajo de encontrar a un posible compañero de viaje que quiera irse del país en menos de cinco días.

Me paso el resto de la tarde revisando perfiles y enviando diversos emails a distintos chicos que cumplen con los requisitos pedidos por la familia Berlusconi, mis futuros jefes. Cuando miro el reloj de mi repisa, ya son casi las cinco de la tarde y en total he logrado encontrar a cuatro posibles candidatos: Un chico americano que no vive muy lejos de la capital y que es mi primera opción. Dos ingleses de veintiuno y veinte años, interesados en Italia y con buenas recomendaciones, y finalmente un último chico de mí misma edad que físicamente es casi idéntico a mi ex.

Cuando nos convirtamos en estrellasWhere stories live. Discover now