39| La verdad.

569 48 21
                                    


39| La verdad

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

39| La verdad. 


Inesperado.

Creo que ese es el adjetivo perfecto para definir mis emociones y los sentimientos de todos los que se encuentran en esta misma sala.

Levanto la vista de la alfombrilla y observo como Bianca y su padre cruzan miradas con discreciones a pesar de que se notan con ímpetu las dudas que quieren brotar de sus labios. No obstante, se miran en silencio y no dicen nada. Termina siendo Ben el primero el romper la calma.

—No...no entiendo—sentencia llevándonos las manos al pelo y estirándoselo hacia atrás. A su lado, Liz se mantiene todavía shockeada sin apartar la vista de Damian. Este último está sentado en el sofá de enfrente junto conmigo y los únicos parados son los chicos, que están situados detrás del sofá estáticos, callados, desconcertados.

En el jardín la fiesta todavía continúa y unos parientes cercanos de Liz son los encargados de mantener todo bajo control allá afuera, mientras que acá dentro puede que una guerra esté a punto de pactarse sin que ellos se den cuenta.

—Yo tampoco lo hago. —protesta Liz— ¿Quién es Alex? ¿Por qué al niñero de mis hijos le dices Alex? Él —Apunta sin discreción al oji gris —Es Damian.

—Él no es Damian, es Alex. —arrebate Bianca levantándose del sofá para caminar por la sala.

El pulso me martillea los oídos, tengo muchas preguntas taladrándome la cabeza. Todos están esperando a que alguien tome las riendas, a que alguien comience a explicar lo que sucede. Pero ninguno se mueve.

—Creo que... —Me aclaro la garganta al ver que nadie decide tomar la iniciativa—Voy a ir a la cocina a preparar café.

Veo como sin mucho esmero Liz asiente y me levanto para llevar a cabo esa tarea. Sin embargo, antes de que pueda dar un paso hacia delante, Damian me toma del brazo y me detiene.

—No, quédate.

Lo veo apretar con fuerza su mandíbula, pero no me mira. Sus ojos permanecen fijos en el suelo de madera.

—Damian. —Liz atrae su atención con tono severo. —Creo que eres tú el que debe las explicaciones.

No dice nada. Se queda inmóvil unos segundos. ¿Qué significa eso? el corazón me empieza a latir con fuerza.

—Mi nombre es Alex —confiesa finalmente. Cuando su voz ronca se alza, llevamos alrededor de diez minutos en silencio—Mi madre se llamaba Gaia D'Fiore, era de Florencia y tenía una hermana llamada Bianca y un padre llamado Adriano. Cuando todavía era un crío, mi madre y mi padre quisieron irse de Italia para volver a la ciudad de mi padre en Estados Unidos. Nos fuimos cuando tenía cuatro años y vivo allí desde entonces.

Se me revuelve el estómago. Debería habérmelo imaginado. Desde el primer momento que los D'Fiore aparecieron tuve la sensación de que algo estaba pasando. No obstante, esa confesión no es suficiente, soy incapaz de atar cabos. Y parece que a mí alrededor todos estamos iguales.

Cuando nos convirtamos en estrellasWhere stories live. Discover now