Un boleto de avión.
Un joven sin casa.
Y una chica deseosa de encontrar respuestas.
Damian quiere dejar de vivir en la calle y Quinn necesita de un acompañante si quiere irse a Italia de viaje.
Aunque lo nieguen, el destino entrelazó sus caminos...
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19 abril
Mi madre dio a luz en diciembre a una preciosa niña de ojos color chocolate, tuvo tiempo a besar su frente y escucharla llorar por primera vez antes de desvanecer y morir posteriormente de un paro cardíaco.
Ahora no se donde se encuentra, si en el cielo, en el infierno, en el limbo para renacer en un nuevo cuerpo, la realidad es que mi madre siempre fue muy escéptica al misterio de lo que hay después de la muerte. Sea el lugar que esté, acompañada de papá o no, solo espero que pronto nos de una señal para salir de este infierno.
Los dos primeros meses después de su funeral, fue un angustia y un puñal constante en el pecho, jamás hubiera creído en la posibilidad de perder a mis dos padres en tan poco tiempo, de quedarme sola, perdida, en un hogar que ni si quiera pudo llamar mío.
Stefano planea desentenderse de mi en cuando los abogados terminen de transitar los tramites de defunción. Mamá tenía poco, pero eso poco que tenía: la mitad de la nueva casa, el coche, la potestad de sus dos hijas, ahora son de Stefano, y sé tan bien como que los rizos de mi pelo son rojos, que no quiere hacerse cargo de su hijastra.
Y ahora que ya no tengo a mi madre en casa, asegurar el pestillo en la puerta cada noche no puede garantizarme no correr riesgo de que se meta a mi habitación. Tuvo que pasar un mes mas para pudiera poner en marcha el plan que había estado puliendo meticulosamente durante los últimos tres meses.
Me marcharé a Italia, con la tía Geo, prometí sacar buenas notas para la culminación del semestre y si fue. Cuando este terminó, me aseguré de que fuera ella la primera en ver mi escolaridad y cumplió su promesa: me compró un pasaje de ida a su ciudad. Tengo ahorros también, dinero que fui acumulando desde antes de la muerte de mi padre y que planeaba gastarlo en un coche.
Un coche, eso es lo que todavía no tengo solucionado. El aeropuerto de la ciudad está cerrado desde las ventiscas de febrero, el más cercano se encuentra a mas de diez millas de distancia en la otra ciudad más cercana. Le he pedido ayuda a Alex, el robará una de los coches del taller de su padre para poder salir en la noche. Claro que la mejor idea seria pedírselo prestado, pero en esos días que me acogió en su casa supe comprender la razón de por qué su vinculo con él estaba tan dañado. Su padre es un alcohólico, uno que no siempre se mantiene trabajando como Alex me hizo pensar, sino que pasa gran parte de sus horas después de su jornada en un bar. Es un hombre serio, brusco, quizá un poco malhumorado. Alex me dijo que me olvidara de la idea de hacerlo razonar.
Alex, bendito Alex. ¿Qué podría hacer sin él? Dejaré la mitad de mi corazón con él cuando suba al avión y vuele muy lejos de USA. Ojalá hubiéramos tenido mas tiempo para conocernos, hay geste que está destinada a encontrarse y salvarse una a la otra, no sé de que manera podría salvarlo yo, pero sin duda él está salvándome a mi.
Solo le pido a mi madre, desde donde sea que me mire, que también vele por él.
