Capítulo 12: ¡Oh, cruel destino el nuestro!

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El viento chillaba al correr entre las altas copas de los frondosos árboles que rodeaban la gran mansión color coral en las afueras de la metrópoli londinense.

Rachel estaba sentada en el porche trasero con la pierna cruzada, un vaso con cuatro dedos de whiskey en las rocas y un cigarro de B&B en la mano derecha que pendía entre sus dedos, burlándose del suelo que lo reclamaba. Observaba el amanecer con los ojos entrecerrados por el cansancio que se lograba tras una larga noche de maquinar planes en su mente, planes que le salvaran el culo de nuevo antes de ser atrapada.

Un Black siempre debe estar un paso el frente del resto del mundo.

Suspiró, con su espalda golpeándose contra el respaldar del asiento de mimbre, al mismo tiempo que el sol dorado despuntó al horizonte, los rayos, cortados por los gruesos troncos de los pinos en el camino, alcanzaron a Rachel, sus ojos reflejaron una paleta de motas de colores cuando fueron cegados por el brillo ámbar.

Ella lo miró fijamente, parecía retarlo.

-Anda, ciégame y no me permitas seguir viendo lo que veo -susurró ella al viento, esperando que sus plegarias fueran escuchadas por Helios.

Las manecillas de su Rolex de acero y el sol seguían avanzando lentamente, moviéndose por el tiempo y el espacio. La tierra seguía girando, el viento seguía corriendo, incluso escuchaba uno que otro motor arrancar por el prestigioso residencial mientras el cigarro intentaba fugarse en definitiva de entre sus dedos para alcanzar su mortal destino en el suelo.

Un gruñido hizo que los sentidos de Rachel se alertaran, muy grande para ser un gato, muy pequeño para ser una extravagancia de William. Muy humano para ser animal. Hinchó su pecho con una honda respiración, preparándose más para lo que sabía vería que para lo que probablemente escucharía. Conocía mucho al hombre que le ofrecía su techo como ignorar algo así.

Giró su cabeza en dirección del desconocido sonido (el cual acabaría siendo muy conocido) y se topó con un William de pie bajo el marco de la puerta corrediza de vidrio, vestido con solo unos bóxers, los cuales no ayudaban mucho a ocultar su cuerpo musculado de la vista. Rachel se tomó dos segundos irrecuperables de su tiempo para darle un lengüetazo a ese cuerpo en su mente antes de mirarlo fijamente a los ojos.

-¿Qué quieres, Lannister? -preguntó ella con el mismo tono de voz con el que había hablado al sol, cansado, dormido.
-Que entres y vayas a la cama, estás loca si creías que drogándome ibas a conseguir salirte con la tuya -dijo él y cruzó los brazos sobre su pecho desnudo, el frío hacía estragos en el pecho de un hombre -. Vas a joderte aquí -frunció el ceño.
-Estabas fuera de control, claro que tenía que clavarte esa aguja en el culo -respondió Rachel y también cruzó los brazos, y no precisamente por el frío -. ¿Qué te asegura que no me he jodido ya? -gruñó ella y dejó de mirarlo para ver de nuevo al sol, el cual le cegó de nuevo.

William la miró con desesperación. De vez en cuando, con ese estrés post traumático, lograba sacarle de quicio. Gajes del oficio, quizá. Trató de controlarse, no iba a gritarle como un salvaje a las cinco de la mañana.

Un estremecimiento recorrió su cuerpo y lo hizo cerrar los ojos, él podía apreciar su rudo perfil ahora que no lo estaba viendo, las curvas de sus labios, la manera en que su garganta se movía cada vez que ella tragaba, la manera en que se lamía los labios con la punta de la lengua, la cumbre de sus pechos, el ligero vale entre ellos. Esta vez fue él quien se lamió los labios y tuvo que entrar a la casa antes de que ella lo mirara.

Cerró la puerta tras él y gimió con frustración al comprobar el estado de la creciente erección en sus bóxers, era el colmo, él no era ningún crío con ganas de follarse lo primero que le abriera las piernas. Se frotó la cara y corrió sus dedos por entre su pelo azabache; se dirigió a la cocina para buscar algo que hacer para distraer su mente, aunque subió a trote las escaleras para ir a buscar un par de pantalones primero.

Cold Blood Secrets (Actualizaciones Lentas)Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin