Capítulo 1: Asesinas Internacionales vs. Agentes Secretos

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Las piernas les ardían, pero la necesidad de seguir corriendo para salvar sus adrenalínicas vidas las impulsaba a llegar hasta el barco del muelle veintitrés antes del amanecer. Correr formaba parte de ellas, salvarse escapando nunca les había gustado, pero a veces, hay que recurrir a otros métodos para salvarse el pellejo.

- ¡Corran más rápido, perras! -gritó Vett, la rubia que iba al frente. Con ella no había que meterse y mucho menos ahora.
- ¡Maldición! ¡Las perdimos! -Gritó un policía desde detrás de ellas-. ¡Alto!
-Ocúltense -dijo Rachel cuando subieron al barco. La líder, la chica más ruda sobre las chicas rudas.
- ¿Dónde? -preguntó Rosalinne. Llevaba el pelo castaño recogido en una cola de caballo y una grotesca mancha color granate en la pierna.
- ¡En el país de las maravillas! -ironizó Viollet, la castaña estaba bastante molesta luego de recibir la cuchillada en su hombro.
- ¡Cállense y todas al suelo! -Ordenó Rachel -Atenea, que no se levanten, iré a ver si no hay nadie -informó y se levantó de nuevo, luego de haber estado acuclillada al lado de su amiga.
- ¿Pero y si lo hay? -preguntó Atenea, la miraba expectante con sus ojos grises.
- ¿Tú qué crees? -preguntó Rachel cargando su arma. Una potente 9mm con silenciador.

Rachel se ocultó entre las sombras que dibujaban las cajas de colores que llevaban grandes cajas con alimentos hacia Europa.
Las chicas mantuvieron el silencio y luego de escuchar el sonido de los casquillos de las balas cayendo al suelo, apareció Rachel furiosa y con su ropa manchada de sangre, y ella nunca se ensuciaba más que las manos, tenía varias gotas en la cara, eso era demasiado.

- ¿¡Por qué diablos dejaste que me siguiera!? -le preguntó Rachel a Atenea señalando a Vett detrás de ella, una vena de furia resaltaba en su cuello.
- ¿Qué? Pero si hace un segundo estaba aquí -se sorprendió Atenea frunciendo el ceño, la maldita rubia era rápida.
-No soy asesina por nada -dijo Vett encogiéndose de hombros con una sonrisa arrogante en el rostro mientras metía su cuchillo en la bolsa trasera de su pantalón y se quitaba la chaqueta, quedando con la blusa negra de manga larga que llevaba por abajo.
- ¿Qué hizo? -preguntó Rose estirando las piernas y apoyándose contra un contenedor azul que las ocultaba de las luces de los faros, donde estaban todas reunidas.
-Asesinó a su gusto -bufó Rachel y lanzó su chaqueta por la borda, escucharon la corneta del barco y este zarpó un par de segundos después.
- ¿Cómo un vil caballero de la edad media? -torció la boca Viollet, arrugando la nariz, nunca le había gustado la idea de meter un cuchillo de sierra en el estómago de alguien, y retorcerlo para sacarle las tripas.
-Sí. Mírala -dijo Rachel señalándola con la barbilla, la furia se había disipado un poco, pero mantenía su ceño fruncido.

La navaja de Vett estaba totalmente cubierta de sangre, al igual que el cuero de su chaqueta, que llevaba colgada en el hombro y que luego tiró también al oscuro océano, sin mencionar el resto de su ropa, que llevaba manchas por todas partes.
Había un fluido rojo más oscuro en su muslo, Vett lo miró y lo quitó con un dedo, un trozo de pulmón, se había topado con cosas peores, de todas formas.


-Perdón -dijo Vett -. No me resistí -sonrió agridulcemente mientras se encogía de hombros.
-Bueno, llegaremos en catorce horas al puerto -dijo Viollet viendo su reloj, que marcaba la una y quince de la madrugada, al tiempo que cortaba el tema -, y de ahí nos vamos a Madrid -finalizó mirando a Rachel, quien asintió con la cabeza.
- ¿Traen el dinero? -preguntó Rachel mirándolas a todas, estaba de pie y cruzada de brazos.
- ¿El del concierto? -preguntó Atenea. Rachel asintió -. Sí, ahí está -señaló una maleta azul al lado de las piernas de Rose.
-Será mejor que duerman -dijo Vett mirando hacia el cielo -. Me toca vigilar -bufó rodando los ojos y subió a uno de los contenedores, sujetándose de las barras en las puertas, se paró en el candado y vio un salto hasta poder llegar arriba, se sentó con la espalda apoyada en otro contenedor, donde pudiera tener una perfecta vista de toda la cubierta.
-De acuerdo -contestaron y se acomodaron para pasar la noche.
-Ya saben, chicas -les dijo Rachel y le tiró el arma a Vett, ella la atrapó en el aire.

Cold Blood Secrets (Actualizaciones Lentas)Where stories live. Discover now