Capítulo 2: Claves de limpieza

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A la mañana siguiente decidieron partir a Londres, corrían peligro quedándose en Madrid, por lo tanto la mejor opción fue adelantar sus planes. Aunque mover todo un itinerario no era fácil, incluso para una chica como Viollet Lannister, una de las hackers y geeks más buscados por Estados Unidos, sumándole a sus logros la ficha de "Asesina en serie"

- ¿¡Dónde diablos está Vett!? -dijo Viollet con desesperación, la había estado llamando y la rubia no tomaba el puto teléfono.
-Probablemente cogiendo con alguno -dijo despreocupadamente Atenea mientras comía palomitas en el sofá, llevaba el cabello oscuro recogido en un desordenado moño y Rachel estaba sentada a su lado.
-Por favor, saben que ella no se acuesta con nadie antes de conocerlo -dijo Rose rodando los ojo, tenía cierta nota de ironía sarcástica en la voz.
- ¡Sí, solo está con él veinte minutos y ya lo conoce! -ironizó Rachel dando un último sorbo a su botella de Tequila, le puso en la repisa y estiró las piernas sobre la mesita.
-Solo me interesaba saber donde estaba Vett -dijo Viollet bajando la cabeza, era la menor, y esos comentarios sarcásticos siempre le calaban hondo a pesar de que se había prometido que no sería así, Rose caminó hasta ella.
-Tranquila Vio, ellas son muy malas -Rose les dirigió una afilada mirada a Rachel y a Atenea, ella chocaron los puños, hacer enojar a Rose era bastante divertido.
-Si las miradas mataran... -empezó Atenea, dejando la idea en el aire, sabía que Rachel la completaría.
-No hace falta que las miradas de Rose maten, ELLA mata -finalizó Rachel riendo un poco
-Cierto. También hay un pequeño detalle... -dijo Rose, decidiendo empezar a jugar.
- ¿Cuál? -Preguntó Rachel levantándose para botar la botella a la basura, se quedó cruzada de brazos y apoyada a la barra del desayunador.
-Viollet sigue siendo nuestra mini-asesina -dijo Rose tomándole las mejillas a Viollet -. Eres es el pequeño detalle -sonrió burlona mirando a su amiga con la cabeza un poco elevada, Viollet era más alta que ella, y ella era la mayor de todas.
- ¡Ay! -Se quejó Viollet riendo-. Yo también puedo ser como ustedes... puedo matar y quiero hacerlo... -le hizo un puchero a Rose, que era su mejor amiga.
-Y también te pueden matar a ti -dijo Rachel mirándola con la barbilla levantada desde su posición -. No olvides que eres la más pequeña Lannister, debes tener mucho cuidado -finalizó asintiendo con la cabeza.

Rachel tomó una bolsa negra que había en la mesa de la cocina y se dirigió al baño, bajo la silenciosa mirada de las tres chicas, entre ellas se voltearon a ver y Viollet dio un paso al frente, estirando la mano hacia Rachel, se mordió el labio antes de hablar.

-Pero...
-Sin peros -le replicó Atenea levantándose del sofá y caminando a la cama, en el suelo había bolsas de dormir, todo estaba recogido y empacado -. Rachel tiene razón, no quieres que William nos mate si te pasa algo, Viollet -dijo.
-Mejor nos vamos mañana -dijo Viollet, sabiendo lo que pensaba Rachel. Un día más en España era lo que necesitaban para que su horario se ajustar perfectamente con el de su llegada a Londres, y si no podían conseguirlo, quince horas eran su límite mayor.
-Si quieres nos vamos hoy, por ellas no hay problema -dijo Rose con una sonrisa, mientras la miraba, realmente no le importaba cuando salieran, ella no se preocupaba por eso. Viollet caminó hacia uno de los sofás blancos.
-No, yo quiero irme mañana y sé que a ellas no les afectará -dijo desparramándose en el sofá.

La puerta del baño al que había entrado Rachel se abrió y quién pasó por ella simplemente no podía describirse. Cabello rubio, labios de tono rosa; el contorno de sus ojos no estaba negros, como solía ser, sino con un suave tono color salmón. Una falda floreada, una blusa blanca de tirantes y unos botines color caqui de tacón la acompañaban. Rachel de verdad estaba furiosa.

-Díganme por favor... ¿¡Quién mierda escogió esto!? -gruñó enojada señalando la ropa con una mueca de asco, ese estilo no era el suyo ni lo sería en un millón de años.
- ¡YO! -Exclamó Vett saliendo de una habitación, sus rodillas flaquearon y el desordenado moño que tenía en su cabeza se hizo hacia un lado -. Y te queda lindo -se abrazó de la pared, estaba claro que estaba ebria, y bastante. Tenía los ojos rojos y las ojeras se marcaban un poco.
-Diga -dijo Rose contestando su teléfono, que había sonado justamente antes de que Rachel le rompiera la cara a Vett de un puñetazo. A los primeros segundos de la conversación su cara cambio completamente, una sombra de miedo paso por sus ojos y Rachel soltó a Vett, que cayó al suelo de rodillas, Atenea caminó hacia ella -.Salgamos de aquí... ¡AHORA! -dijo luego de colgar la llamada, Rachel vio cuando lanzó el iPhone por la ventana.
- ¿Quién era? -preguntó Viollet frunciendo el ceño mientras se levantaba.
-Un maldito policía -dijo volteándose hacia ellas-. Y el imbécil consiguió mi número -susurró mirando a Rachel, ella asintió, entendiendo su inquietud.
- ¡Muevan sus malditos traseros al elevador! -dijo Rachel, su mente le tiró eso como primera idea, pero hasta ella sabía que era pésima.
- ¡No! -Exclamó Viollet levantándose del sofá como un resorte-, debemos salir por un lugar menos obvio -murmuró, pensando, ¿por dónde bajarían ahora?... mierda.
- ¿La ventana? -sugirió Vett, ahora más cuerda luego del par de bofetadas que le había dado Atenea, se frotó una mejilla y puso sus manos en sus caderas.
-No seas estúpida. Necesitamos una carnada -dijo Viollet, ya tenía todo el plan, alguien distraía a los policías mientras ellas atrasaban su captura unos minutos.

Cold Blood Secrets (Actualizaciones Lentas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora