Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La Vida

IX - La Fiesta de la Princesa Isadora

En el palacio real, el día del cumpleaños de la princesa Isadora estaba próximo. Una gran fiesta estaba siendo preparada para celebrar los 18 años de la joven y también apagar la sombra que la fuga de Mirov y los secuestros de los ingenieros dejaran sobre el reino. A fin de resolver el caso de la liberación del exconsejero rápidamente, el rey designó un equipo especial de investigaciones para perseguir a Mirov y a aquellos que le ayudaron a escapar, además de encontrar a los ingenieros desaparecidos. El consejero Kenan fue incumbido de informar al rey personalmente sobre el andamiento de las investigaciones, a cualquier hora que fuese necesario.

Mientras tanto, el rey y sus súbditos ni imaginaban que la muerte rondaba el palacio, venida de uno de sus más influyentes colaboradores. Como Croiff trabajaba en el servicio real, las oportunidades de alcanzar su objetivo eran grandes. Este aprovechó el momento de distracción, causado por la ansiedad de la fiesta, para colocar su plan en práctica. Antes de ir, Mirov prometiera darle una buena recompensa por sus servicios, además de una posición de destaque en la corte cuando el golpe de Estado fuese dado y se convirtiese en el nuevo monarca. Croiff era ambicioso y decidió que serviría a su nuevo amo. Como camarero de la realeza, transitaba con libertad en todos los aposentos reales sirviendo comida y bebida a todos.

Era la hora del almuerzo y los guardias vigilaban a la familia real y los alrededores. Croiff aprovechó un momento en que los pasillos de los dormitorios estaban vacíos, subió las escaleras solapadamente y entró en el cuarto del rey, con la estatua.

Aunque pudiese andar por toda la corte, no podía ser visto allí para no causar sospecha. Por algunos segundos, miró la estatua, admirado con su belleza. Después la colocó cuidadosamente en la cabecera de la cama del rey Zador. Sin la protección del revestimiento de plomo de la caja, la radiación invisible escaparía y poco a poco envenenaría al gobernante. El artefacto se quedaría junto a su cama y su cuerpo absorbería gran cantidad de radiación altamente letal.

Mientras Croiff se preparaba para salir, oyó pasos en el pasillo. Alguien llegaba y la puerta se abrió:

"¡Qué extraño! Estaba casi seguro de que oí pasos dentro del cuarto del rey" — pensó la criada, mirando hacia todos los lados. Arregló el cuarto y salió de allí rápidamente, pues tenía que terminar los otros aposentos.

Sólo cuando los pasos de la criada se perdieron en el pasillo, la tapa del viejo baúl se abrió en un rincón del cuarto y dos ojos abiertos de par en par aparecieron, observando si el lugar estaba seguro. Era Croiff, que saltara dentro del baúl así que percibió la aproximación de alguien por el pasillo. Era hora de salir de allí, y rápido. Dejaría que la muerte tocase al rey poco a poco hasta la hora fatal.

Bastaron sólo unos días para que el rey se pusiera enfermo. Una batería de exámenes fue hecha y los médicos del palacio descubrieron, incrédulos, que las células del monarca se estaban deteriorando. Pero, por más que lo intentasen, no conseguían descubrir la causa del mal.

Lo único que podían hacer era tratar los síntomas para disminuir el dolor. Empezaron a aparecer heridas en la piel; las plaquetas que actúan en la coagulación de la sangre se rompían dejando manchas amoratadas por todo el cuerpo y, además de eso, el rey tuvo disminuida su resistencia inmunológica. Los serviciales comenzaron a enfermar también, visto que frecuentaban el cuarto del rey para arreglarlo y se exponían a la radiación. Las personas empezaron a creer que los síntomas eran de una enfermedad nueva, desconocida. Y contagiosa.

Mientras tanto, fuera del palacio real, los enemigos del rey se preparaban para la gran rebelión. Mirov ejecutaba su plan maquiavélico en los mínimos detalles. Dargan entró en el banco de datos del palacio real y escaneó las holografías de tres guardias que hacían la seguridad de la familia real. El soldado utilizó nano insectos en forma de mosquitos para volar hasta ellos y picarles retirando muestras de sangre que servirían de material genético para ser copiados.