XIV - La Sospecha de Merko

173 17 2
                                    

El potente transmisor de la nave Star Hunter usaba láser para transmitir datos a tasas cien veces más rápidas que las ondas de radiofrecuencia, pero con menos masa y energía. Merko sabía que había el riesgo de su comunicación ser interceptada por el gobierno del planeta Vida, pero era necesario intentarlo. Solamente su amigo le diría la verdad.

De lo que él no tenía idea era de que el equipo de Sivoc había sido desmantelado por Mirov, tras asumir el trono. El rey villano monopolizara todos los contactos que el planeta hacía con el espacio sideral y Drako, de forma secreta, pasó a dedicarse a crear sistemas de comunicaciones alternativos, que usaban frecuencias capaces de contactar otras formas de vida en el espacio sideral. Se había casado con una ingeniera de comunicaciones llamada Felgaci, que estaba a su lado en ese proyecto. Juntos, también elaboraron una tecnología capaz de contactar con el espacio profundo. ¿Y quién sabe contactar a Merko en busca de ayuda?

Hasta entonces, los contactos con otros planetas eran restrictos a los equipamientos del edificio científico de la capital, Perfectio.

En la Tierra, Merko no se contuvo en esperar. Un presentimiento le dejaba inquieto. Sabía que algo no estaba bien en el planeta Vida. Por eso, al día siguiente mismo, volvió a su nave a fin de contactar con Drako.

— Hay alguna cosa muy extraña en esta historia y tengo que saber lo que está pasando...

En el laboratorio de Drako, las antenas de alta frecuencia se dirigían a la galaxia Vía Láctea cuando una nueva señal parpadeó en el panel holográfico. Verificó que el mensaje se originaba en la Tierra y se llenó de esperanza de que fuese el capitán Merko. Toco en el holograma y se sorprendió con la imagen que apareció:

— ¡Comandante Merko, por fin nos encontramos!

— ¿Cómo van las cosas, amigo Drako?

— Quería que nos encontrásemos con mejores noticias...

— ¿Por qué? ¿Qué ha pasado? — preguntó Merko, el mal presentimiento dentro de sí solamente aumentando.

— Señor, el Rey Zador está muerto.

— ¿Pero, cómo? — Merko empalideció frente a tan trágica noticia.

— Una enfermedad misteriosa le afectó y no resistió...

— Qué historia más extraña. Una de las cosas de las que el rey se enorgullecía era de su buena salud. ¿Cómo pudo enfermar? ¿Y en cuanto a la princesa? ¿Ya ha asumido el trono?

Drako dudó durante un tiempo, poniendo a Merko cada vez más nervioso. Cuando iba a preguntar nuevamente por más noticias, el amigo se desahogó:

— Tenemos un nuevo rey, el consejero Mirov — Merko dio un grito y golpeó el panel de la nave, en estado de furia. ¿Por qué aquello no le sorprendía? — Él invadió el palacio, prendió al rey y a la princesa en las mazmorras. No pudimos defenderles, pues lo primero que hizo fue desmantelar nuestro equipo y expulsarnos de la capital. Vine a la región de Zaturga, con mi esposa Felgaci. Ella es ingeniera.

— ¿Y por qué no entrasteis en contacto conmigo? — Exclamó Merko desesperado.

— No teníamos como comunicarnos con usted sin correr el riesgo de ser interceptados por la capital. Muerto yo no podría ayudar — Drako se explicó, triste. — Con la ayuda de mi esposa empecé a crear sistemas de comunicación, secretamente. A través de frecuencias no convencionales, estamos hace días intentando establecer contacto con usted, para que se mantenga apartado del Planeta Vida. No deje que Mirov descubra exactamente en qué lugar está usted.

— ¿Cómo puedo abandonar a mi pueblo? — Gritó Merko, sintiéndose impotente.

— El rey va a querer vengarse de usted, comandante. Es muy arriesgado... ¿Cómo podrá reverter esta situación?

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaWhere stories live. Discover now