XI - El Viaje

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Durante la cena del sábado en casa de Lorena, mientras esta preparaba el plato principal con Sophia en la cocina de la casa, Zara, Merko y Nícolas esperaban la comida y se comunicaban telepáticamente, sentados a la mesa, sobre el viaje dentro de dos semanas:

— Creo que el otro viernes por la noche será un estupendo día para que viajemos. Mi amigo Sánchez providenció excelentes pasajes — dijo Nícolas.

— Cariño, que bien que ya has conseguido los pasajes. Yo también tengo todos los pasaportes en día. Me adelanté, pues, este viaje a Japón era el gran sueño de Helen y yo ya pretendía regalárselo en el final de este semestre. Además de eso, ella quería que todos fuésemos con ella y conseguí que Merko, Lorena y Sophia providenciasen sus pasaportes anticipadamente, para evitar imprevistos y que nos acompañasen en el viaje en el momento adecuado — añadió Zara — y mándale recuerdos al amigo Sánchez. Cualquier día de esos, invítale a visitarnos. Será un placer recibirle en nuestra casa.

— Puedes quedarte tranquila, querida. Le invitaré. Vamos a esperar pasar esta fase para resolver los problemas de Helen. Ella está necesitándonos mucho.

Como si aprovechase sus palabras, Helen; el asunto de la conversación, entró en el salón comedor. La niña se sentó, consiguiendo oír a Merko, Nícolas y Zara comunicándose telepáticamente. Decidió entonces interferir en la conversación:

— Aunque no estéis moviendo los labios, siento que estáis hablando alguna cosa sobre un viaje, pero está todo muy confuso.

Zara sabía que aquella no era la hora apropiada para contarle la verdad a la niña. Miró a su hija y dijo las siguientes palabras en voz baja:

— Cariño, tenemos muchas cosas para contarte. En el momento adecuado te lo explicaremos todo. Pero ten paciencia. Estamos pensando en hacer un viaje contigo. Toda nuestra familia ira junta. Pero ahora, en este momento necesito conversar en particular con tu padre y tu abuelo. Déjame llevarte para hacerle compañía a tu abuela en la cocina. Después vuelves con ella y Sophia, para juntaros a nosotros en la mesa para la cena. No hables con nadie sobre eso de leer pensamientos. Te prometo que entenderás el motivo de conseguir oír los pensamientos de los otros. Este es nuestro secreto, ¿está bien? — Le pidió casi implorando.

— ¿Será que eso tiene explicación?

— Sí que la tiene. Te enseñare que es una cosa normal. Yo también consigo hacerlo.

— ¿Pero cómo? ¿Por qué? Ninguna amiga mía lo consigue.

— Ya te he dicho que cuando sea la hora te lo explicaremos todo y entenderás la razón. Confía en tu madre. Pero promete guardar secreto hasta que llegue la hora.

Helen continuó confusa, sin embargo, decidió cooperar con la madre. No había otra persona en el mundo en quien confiase más.

Después de dejar a Helen en la cocina con la abuela y la tía, Zara volvió a la mesa para continuar la conversación. Nícolas la miró y le dijo telepáticamente:

— Creo que Merko consigue bloquear la lectura telepática de los pensamientos, pues cuando yo estaba preso en la nave Star Hunter él no permitió que leyese su mente. Por eso sería conveniente que bloquease la telepatía de Helen mientras conversamos para que tengamos intimidad. Estamos decidiendo asuntos importantes y eso puede confundirla.

— Sí, lo consigo — respondió Merko. —Necesitamos ausentarnos todos por una semana. Zara, inventa una excusa para que Helen y Sophia falten a las respectivas escuelas. A pesar de la importancia de la asiduidad a las clases. Se hace extremamente necesario este viaje.

— Hace algunos minutos, Helen penetró en nuestros pensamientos y fue capaz de usar la telepatía. ¿Habéis visto? Realmente no tenemos mucho tiempo. Tenemos que contarle la verdad lo antes posible — dijo Nícolas, con un semblante preocupado, continuando la conversación a través de los pensamientos.

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaWhere stories live. Discover now