XV - El Regreso de Merko

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Los dos hombres, padre e hijo, se dirigieron a la puerta de la casa y enseguida encontraron a Zara y a Helen en el porche. La científica estaba sentada con la postura relajada, pero despierta a la espera de noticias, con una taza de té caliente entre las manos. La pequeña Helen había adormecido en el regazo de la madre. Nícolas, al verla fue ya diciendo:

— Querida, discúlpame por el alborozo, pero tenemos que conversar...

— Ya estaba poniéndome nerviosa, habéis tardado... ¿Ha habido algún problema?

Nícolas miró a Zara a los ojos y asintió, besándola enseguida. Merko saludó a la nuera y, con aire preocupado, se sentó. Miró al cielo observando las estrellas, mientras imaginaba que en breve tendría que adentrar una vez más en la inmensidad del espacio. Sabía que la misión sería difícil y podría no ver más a su familia, si las cosas no saliesen bien. Pero nunca conseguiría ver a su pueblo en manos de aquel loco.

Nícolas llevó a Helen a su cuarto y cuando volvió, Zara, ansiosa, estaba a la espera de las novedades, que no parecían buenas:

— ¿Nick, qué ha pasado en esa ida a la nave que os ha dejado tan preocupados?

— Zara, el rey Zador falleció. El consejero Mirov huyó y se ha apoderado del reino. Se ha nombrado nuevo rey del planeta Vida.

Zara tuvo que agarrarse a un banco para no caer, incrédula.

— ¿Pero, cómo ha sido eso? ¿Y en cuanto a la princesa Isadora?

— Ella está presa, así como el consejero Kenan. Merko no quiere que eso se quede así.

Zara miró a Merko.

— Estoy preparándome para viajar al planeta Vida — adelantó — Mirov domina a la guardia real y ha creado un ejército de robots letales para controlar a la población.

— Y yo voy con Merko — dijo Nícolas.

— Esta misión no es para ti, Nick. ¡Me parece muy peligrosa! Por favor, quédate aquí y cuida de nuestra hija. Yo iré con Merko.

— ¡Ni pensar! Imagínate que yo te dejaría ir sin mí. Mi madre puede cuidar de Helen, mientras libertamos a la princesa. Va a ser mi segunda oportunidad de salvarla. Además de eso, fui entrenado por Tibor y Merko y sé defenderme muy bien.

— Le pediremos a Sophia que también ayude a cuidar de Helen — dijo Merko, intentando calmar a Zara.

— Querida, tal vez esta sea una misión suicida. Drako dice que los robots son poderosas máquinas de guerra, haciendo que todos teman a Mirov. ¿Por qué no te quedas con nuestra hija? Yo me sentiría mucho mejor sabiendo que las dos mujeres que amo no corren peligro — dijo Nícolas, como si consiguiese hacer que Zara cambiase de idea.

— Nick, yo puedo ayudarte en esta misión. A pesar de que hayas participado del salvamento de la princesa Isadora, sé que me necesitas a tu lado. ¡Nuestra hija estará bien! Lorena cuidará de ella como si fuésemos nosotros. Vamos a aconsejarla a tener cuidado y no usar sus poderes, así no atraerá la atención de los humanos.

— Será una misión difícil, pero a tu lado me siento más fuerte — dijo Nícolas.

Después de despedirse de los dos, Merko fue a su casa; subió las escaleras silenciosamente y entró en su cuarto. Miró a Lorena, que dormía, y pensó en cuánto la amaba. ¿Será que podría arriesgarse a perder todo lo que el destino le proporcionara? Dudó un momento, pero sabía que no podía dejar que el tirano Mirov esclavizase a su pueblo. Salvaría a su planeta y volvería a los brazos de su amada. No pretendía perder esta batalla y sí vencerla, salvando las muchas vidas que estaban en juego.

Los Hijos del Tiempo 2 - El Origen de La VidaWhere stories live. Discover now